Los putinianos, chulos de meretrices y clubs de alterne
En caso de que triunfe el cruel y malvado Vladímir Putin en su intento de invadir Ucrania. ¿Qué pasará tras la conquista del ruso más odiado en el planeta Tierra? Los más cotillas susurran por las redes sociales que construirá un “Putin Club”, como sede para sus fans…, y que mandará a Siberia a los que no se sometan a su poder absoluto. Algo que suena a chiste podría convertirse en una cruda realidad. ¿No hay más que ver el prostíbulo en que han convertido los cubanos al pueblo en su cacareada revolución? Hoy en día las jineteras y los chicos de compañía es uno de los oficios mejor remunerados en la perla del Caribe y una vía de poder huir de la dictadura castrista. Solo tienen que dar un paseo por el Malecón de La Habana y verán en que se ha convertido la revolución castrista…
Aunque lo de Putin llega al colmo del absurdo, incluso llega a llamar nazi al presidente de Ucrania. ¿Irá el dictador ruso de “Salvador, Iluminado o Gran líder”? Veremos en que termina la pesadilla rusa…
La democracia en Rusia
Lo anecdótico del caso es que circula por Internet el resultado de unas supuestas elecciones rusas, seguro que muy “democráticas”, donde el partido comunista posee solo 43 escaños de un Parlamento constituido por 450 escaños, de los cuales el partido de Putin controla con mayoría absoluta el cotarro, el tirano domina el poder con sus 334 escaños.
La formación política oligárquica dominada por Putin, y un puñado de millonarios que se aprovechan de las circunstancias, se denomina Rusia Unida y es calificada como “conservadores en el poder”. Para muchos, Putin es una especie de presunto jefe de la mafia rusa, constituida por una élite de empresarios que controlan la política. Es evidente que presumen de extrema izquierda con sus amigos chinos, y anteriormente con sus íntimos cubanos and company from Venezuela.
En el Parlamento ruso también hay 40 escaños de nacionalistas y 23 de supuestos centristas, el resto son independientes y bancas vacías. Lo curioso es que los conservadores rusos sean íntimos amigos de los peligrosos chinos que nos expandieron hasta el “covid” por todo el Planeta, y no me refiero al pueblo -que bastante cruz tiene- sino al Gobierno dictatorial en China que parece querer aliarse con los rusos con fines no muy plausibles.
Los chinos y sus dirigentes
La República Popular China es un Estado socialista con economía de mercado dirigido por un único partido, el Partido Comunista Chino, encabezado por el Secretario General, que actúa como el gran líder supremo, es decir, otro diztadorzuelo del club. El poder del Estado en la República Popular China se ejerce a través del Gobierno Popular Central, lo que llaman Consejo de Estado, y su representación provincial y local.
En Cuba ocurre otro tanto de lo mismo, el partido comunista se empeña en autodenominarse socialista que suena más «democrático», y hasta convocan “elecciones”, pero la realidad es que sigue dominada por el partido comunista con Raúl Castro controlando el cotarro, amigo de Maduro, otro personaje del club puttanesco o putinesco, como ustedes prefieran adjetivarlo. Por supuesto, el dirigente sindical venezolano apoya a Putin, y a su ilustre formación totalitaria.
Lo más preocupante es que en España haya líderes políticos “supuestamente democráticos” que también sean simpatizantes del club putiniano…, y ni les cuento los líderes empresariales que se creen los reyes del Mambo….
El fanatismo putiniano en las empresas familiares
En la novela El testamento del Gallo, a la venta en Amazon, también hay algún que otro líder de esta calaña que controla el poder de una empresa familiar de huevos y gallinas y piensa que puede hacer lo que le salga de los huevos, nunca mejor dicho. Aunque la realidad es que en España existe una legislación vigente y si se incumple la ley el juez tendrá la última palabra para poner orden en el asunto, e incluso los inspectores fiscales podrían imponer sanciones, sin falta de que uno de los socios denuncie las irregularidades. Aunque sin comerlo ni beberlo, un socio minoritario podría salir perjudicado del nepotismo de un «gran líder» por beneficiarse de forma personal imponiendo sus propios criterios en contra de la ley.
Alucinaciones y fanatismo como arma de destrucción masiva
El gran problema es ¿qué hacer cuando un padre, un hermano o un primo sale rana y se convierte en un Putin…?, ¿qué hacer cuando te engañan durante décadas y en lugar de buscar acciones correctivas para conciliar posiciones, prefieren azorrar y no tratar el asunto? y ¿qué hacer cuando los asesores se convierten en «zorras» mentirosas al servicio de quien les paga? En El testamento del Gallo encontrarán una posible solución.
El fanatismo no tiene ideologías, ni tiene límites. La extrema izquierda y la extrema derecha confluyen en la filosofía totalitaria con alucinaciones societarias. El liderezgo fanático se enrosca en posiciones tiranas y es capaz de destruir su propia organización, ya sea política, empresarial o religiosa, su apasionamiento y tenacidad desmedida en la defensa de sus propias creencias, intereses u opiniones, hace que no se pueda establecer un diálogo constructivo ni lograr un acuerdo justo y ecuánime con las partes en conflicto. La única solución es defenderse de los ataques o abusos, en el caso de una sociedad mercantil denunciar los hechos ante un Juez. Se inica así una guerra judicia. Aunque el zorro o la zorra seguirá convencido que no es hace una «putada» sino un acto de generosidad….
Informa Alfredo Muñiz. Relacionado:
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