Paseando por la madrileña calle de Fuencarral nos encontramos a un poeta con una máquina de escribir cómo la que usaban nuestros abuelos. Nuestro artista se llama Darío y nos ofrece transformar un instante cotidiano en poesía. En este caso, nos ha escrito una sorpresa que pueden escuchar en el vídeo.
En medio del bullicio, Darío te ofrece una silla, te escucha y te garantiza paz, sensibilidad y emociones.
Darío se encuentra bajo el graffiti de una mujer mudándose, en la escena lleva sus libros y una planta, en la pintura aparece también un colibrí. En muchas culturas indígenas de América, los colibríes se consideran mensajeros espirituales y a menudo simbolizan la alegría, la belleza y la energía vital. Se cree que su presencia puede ser un signo de buena suerte y equilibrio en la vida. Por eso Darío ha elegido este mágico lugar para mostrar su arte.
Si queréis seguir o contactar con Darío, lo podéis encontrar en Instagram: @dariopeinadopoesia
Informa Alfredo Muñiz
