Hostelero desesperado: “Puerto de Avilés, Asturiana de Zinc me estáis hundiendo el negocio y la vida”

En los últimos días la contaminación por azufre se disparó en la comarca de Avilés a unos límites de alarma roja: veinte veces más de lo recomendable por la Organización Mundial de la Salud. Una vez más los ecologistas enviaron al Gobierno del Principado de Asturias sus quejas, exigiendo que se cumpla la normativa vigente. Sin embargo, los malos olores en la zona son reiterados, las plantas se queman y las personas con problemas respiratorios transmiten su sensibilidad ante la situación insalubre.

El restaurante Casa Ferrera, especializado en cocina asturiana, ha puesto el siguiente cartel de denuncia: “Puerto de Avilés, Asturiana de Zinc me estáis hundiendo el negocio y la vida. No a las tolvas”.

Las protestas de los vecinos de las localidades vecinas son reiteradas por diversos motivos: contaminación atmosférica, vertidos a la ría de Avilés y pérdida de arena en la playa de Salinas, motivada en parte por las obras y dragados en la ría avilesina.  Además, son frecuentes las quejas por malos olores. Pese a la alarmante situación, los políticos parecen no reaccionar ante un paraíso natural en peligro de extinción. Muy cerca se encuentra el observatorio ornitológico de Zeluán, y pese a las denuncias del Grupo Mavea y del movimiento ecologista de Avilés, todo sigue igual.

Asma, bronquitis crónica, edema pulmonar

“Los vecinos de Raíces, Salinas, San Juan de Nieva, La Maruca (Avilés) y Zeluán (Gozón), se quejan muchas veces de dificultad para respirar e irritación en la garganta y los ojos”, señala el portavoz del Colectivo ecologista, Fructuoso Pontigo. “El dióxido de azufre en la atmósfera reacciona con la humedad y forma aerosoles de ácido sulfúrico y sulfuroso que conforman una lluvia ácida”, indica.

El dióxido de azufre se ha asociado a problemas de asma y bronquitis crónica. También puede ocasionar inflamación de las vías respiratorias, alteraciones psíquicas, queratitis y, en algunos casos, según los ecologistas, edema pulmonar.

¿Quién va a indemnizar a las personas afectadas?, ¿cómo dejarán el ecosistema las empresas que amenazan con deslocalizarse por la factura de la luz?, ¿turismo o industria?

La solución sería buscar unos criterios de desarrollo sostenible y exigir que se cumpla las leyes medioambientales. Sin embargo, los vertidos a la ría son frecuentes y sus causantes parecen intocables. ¿Han pagado alguna multa medioambiental las empresas acusadas? Lo mismo pasa con los niveles de contaminación atmosférica, los malos olores y molestias ocurren con frecuencia, se tramitan quejas pero todo sigue igual.

Los políticos desoyen a los geólogos y oceanógragos independientes

En Salinas continúan aflorando materiales de construcción del paseo -cuando el mar se lleva la arena-, pese a existir una ley que exige la retirada de los mismos. Hace años se aprobó un informe técnico donde se exponen las soluciones para regenerar la playa y se recomienda al Puerto de Avilés que no aumente el calado en la ría, uno de los motivos principales acelerador de la pérdida de arena en Salinas. Asimismo se advirtió sobre la paralización de los dragados de mantenimiento durante los meses de verano para salvaguardar la calidad del agua de los bañistas. Pese a todo, las deficiencias continúan. La playa continúa perdiendo arena, la Administración ha desoído las recomendaciones de geólogos y oceanógrafos, y tampoco ha ejecutado los planes propuestos por los propios técnicos públicos.

Como defendieron los indios de las reservas: “Las cosas están relacionadas. Todo lo que hiere a la Tierra herirá también a los hijos de la Tierra. La Tierra no pertenece al hombre, es el hombre el que pertenece a la Tierra”. Informa Alfredo Muñiz.

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