El impacto del cambio climático sobre la pérdida de arena en las playas puede verse aumentado y acelerado por las obras realizadas por los humanos en regiones costeras densamente pobladas y con alto desarrollo urbano, comenta la experta América G. Valiente en relación a la pérdida de arena en la playa de Salinas (Asturias).
La bióloga América G. Valiente concluye que, además de las obras locales necesarias para solucionar el problema provocada por el aumento de calado en los puertos y la ampliación de los mismos, como es el caso de la regeneración de Salinas con arena, deberían plantearse retos a nivel global como la reducción moderada en la emisión a la atmósfera de gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono que podría evitar el 40% del retroceso de la costa a nivel mundial.
Texto escrito por la bióloga América G. Valiente.
Seguro que nadie duda del interés ecológico que tiene la playa de Salinas, un hermoso arenal de algo más de 2 kilómetros que se localiza en la costa central de Asturias. Pero para mí es mucho más, tiene un gran valor emocional porque los mejores ratos de mi infancia y juventud los pasé en esta playa. No soy geóloga ni oceanógrafa, y no sé si los 15.000 metros cúbico de arena que Demarcación de Costas estima que podría perder la playa de Salinas durante este siglo supone una cantidad que desafíe la futura existencia de este arenal, pero lo que sí sé es que los que conocemos Salinas hemos visto como la playa perdía arena año tras año. Sin embargo, este no es un problema original del arenal de Salinas, esto mismo ocurre en muchas otras playas españolas, más aún la erosión costera es uno de los principales problemas que afecta a las costas en todo el mundo.
En un artículo publicado en 2020 por Vousdoukas y otros coautores en la revista Nature Climate Change el aumento del nivel del mar impulsa el retroceso de las costas y podría llegar a causar a finales de siglo XXI la desaparición de casi la mitad de las playas de arena del mundo.
Según la Agencia Aeroespacial Estadounidense (NASA) el aumento global del nivel del mar es uno de los efectos del cambio climático. Este provoca, por una parte, el calentamiento de los océanos (unos 3,9 milímetros por año en la última década) y cuando el agua se calienta se expande; y por otra el deshielo de los glaciares con lo que el agua almacenada en la tierra fluye hacia el océano. Ambos procesos contribuyen al aumento global del nivel del mar. La reducción del volumen de arena en el litoral también puede estar asociada con otros procesos naturales como la disminución en el aporte de sedimentos transportados por los ríos, los temporales, y los vientos entre otros. Además, el impacto del cambio climático puede verse aumentado y acelerado por las actividades antrópicas en particular en regiones costeras densamente pobladas y con alto desarrollo urbano.
En la década de los 60, en las costas españolas las obras de urbanización, el desarrollo de estructuras turísticas como los rompeolas y las obras y dragados de los puertos alteraron el flujo natural de la arena de las playas provocando una pérdida persistente de sedimentos lo que ocasiona importantes impactos ambientales en la zona costera como el aumento de las inundaciones, la erosión de las playas, el derrumbe de los acantilados, la intrusión de agua salada en los acuíferos. Además, amenaza a los ecosistemas costeros terrestres y pone en peligro la vida marina.
La pérdida de arena también puede afectar a las estructuras de las viviendas y de los establecimientos mercantiles o industriales costeros y a otros objetos del mobiliario urbano instalados en la vía pública como bancos, bolardos, baldosas, y farolas, entre otros.
La economía de muchas regiones costeras españolas depende en gran medida de las actividades turísticas a lo largo de las costas arenosas. Por eso, creo que intentar conservar la playa de Salinas (y otras playas españolas) no es un capricho nostálgico, las playas tienen un alto valor socioeconómico relacionado con la recreación y el turismo, y actúan como barreras que ayudan a proteger las zonas costeras de las tormentas marinas y del impacto del aumento del nivel del mar.
La primera cuestión que debemos plantearnos es si queremos o no adoptar soluciones para corregir el problema de la pérdida de arena en nuestras playas, o al menos mitigarlo o ralentizarlo. Si la respuesta a esta cuestión es afirmativa tendremos que asumir que esto lleva un coste económico. Hasta ahora generalmente la propuesta para solucionar pérdida de arena en nuestro litoral consiste en reponer esta con rellenos artificiales lo que supone un enorme gasto económico y un gran esfuerzo técnico. Pero, como señalan los expertos esta es solo una solución temporal ya que, generalmente, millones de toneladas de arena vertidas en las playas cada primavera desaparecen de nuevo con los temporales del invierno. Para solventar el problema de la pérdida de arena de las playas es necesario diseñar e implementar medidas efectivas, sostenibles y económicas. Parece que las soluciones más efectivas a largo plazo requieren un enfoque mucho más global. Vousdoukas y sus colaboradores señalan en el artículo de Nature Climate Change que una reducción moderada de la emisión a la atmósfera de gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono podría evitar el 40% del retroceso de la costa a nivel mundial. Pero tampoco hay que olvidar que cada playa es única y que los detalles relacionados con ella son muy importantes para evaluar las mejores opciones de actuación. Por eso, cualquier solución debe abordar las especificidades de cada arenal y a la hora de tomar decisiones debería tenerse en cuenta la conservación de los ecosistemas naturales, el paisaje, el patrimonio cultural, el saber tradicional, y los riesgos y amenazas sobre las personas, bienes y recursos locales. Cada vez parece más evidente que las actuaciones propuestas para solucionar el problema de la pérdida de arena de las playas requieren estrategias de gestión integrada. Para esta tarea es preciso acudir a profesionales expertos, elaborar proyectos con fundamentos científico-técnicos, apoyarse en los trabajos realizados en universidades y centros de investigación ya publicados y en los documentos e informes realizados anteriormente y legitimar todo el proceso a través de una política pública.
Opina América G. Valiente.
Recordando Salvemos la playa de Salinas en tiempos de Vallina
Por Alfredo Muñiz.
En el vídeo inicial al texto, recordamos viejos tiempos cuando el ex responsable de Cultura del Ayuntamiento de Oviedo, Juan Vega, recientemente fallecido, colaboraba con todos sus medios en divulgar la iniciativa de la plataforma ciudadana «Salvemos la playa de Salinas».
Antes de la concentracion, Alfredo Muñiz tuvo una reunión en el Ayuntamiento con la alcaldesa Ángela Vallina (IU), estaban también presentes su jefe de prensa y el entonces concejal de Cultura Iván Patiño (PSOE). Muñiz buscaba la fórmulas de colaboración del grupo con la corporación municipal en actividades culturales y deportivas, por ejemplo solicitó la interpretación del Orfeón de Castrillón, por mero deseo de algunos de los padres de los componentes del coro. La alcaldesa se justificó diciendo que eso era muy complicado y en vez de colaborar, terminó prohibiendo el festejo el día de San Valentín con corazones en honor al amor a la playa de Salinas, primer destino turístico del municipio de Castrillón. El Gobierno municipal regido por la alcaldesa de IU Ángela Vallina consideró que por razones de seguridad no se podía realizar la concentración en la fecha solicitada oficialmente. Entonces, tuvimos que pedir permiso a la Delegación del Gobierno para reforzar la seguridad para organizar actividades culturales y deportivas en la playa de Salinas en otra fecha. La notificación que nos enviaron con correo certificado dos municipales -dos días antes de la concentración- decía algo así como que no podían pasear más de 15 personas juntas por el paseo de Salinas portando corazones en honor a la playa…. Algo que parecía irrisorio.
Al final, el Real Club Naútico de Salinas nos prestó sus instalaciones para realizar un reunión en un espacio privado. Y en otro fecha pudimos colocar la mesa de sonido y enchufar la electricidad al Real Club Náutico de Salinas, ya que el Ayuntamiento regido por Izquierda Unida nos comunicó que si colocábamos dicha mesa en un espacio público tendríamos que pagar por la utilización de la acera. A la postre, la señora alcaldesa nos envió una sanción por haber colocado carteles anunciando el acto. Lo simpático fue que la sanción era por no retirar los carteles que fueron confiscados por agentes especiales del Ayuntamiento nada más que se colocaron en Salinas. Algo insólito. La multa fue recurrida y las alegaciones municipales no respetaron la ordenanza que daba un plazo razonable para retirar dichos carteles, dicho plazo que dictaba la ley no se había cumplido por parte de los agentes municipales al retirar los carteles inmediatamente, pero no lo tuvieron en cuenta en las alegaciones. La alternativa del sancionado era nombrar abogado y procurador para llevar el caso a los Tribunales. Así las cosas, optamos por pagar la injusta sanción. Por cierto, el equipo de sonido no fue prestado por el Ayuntamiento de Castrillón.
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