Algunos periodistas valen más por lo que callan que por lo que publican…Algo así parece ocurrir con Pilar Urbano. La comunicadora tiene las puertas abiertas del palacio de La Zarzuela para entrevistar a sus protagonistas. Autora de libros como La reina muy de cerca y El precio del trono juega entre la polémica y las anécdotas morbosas. No obstante, muestra comprensión a la hora de valorar las posibles infidelidades de don Juan Carlos o los presuntos delitos de Iñaki Urdangarín.
“Es verdad que el rey ha sido un hombre muy licenciado en amores, pero como todos los Borbones y las Borbonas también. Aún así creo que, por deferencia al prestigio que nos da y a lo que nos representa, si sabemos de amoríos y escarceos de éste u otros reyes tenemos el pundonor de callarnos”, confiesa Pilar Urbano en Vanitatis, la sección de sociedad de El Confidencial.
La periodista Pilar Eyre en su libro La soledad de la reina, deja entrever un presunto amorío real con Sara Montiel
«Fumando espero al hombre que más quiero», cantaba en sus años dorados la manchega universal. La actriz-cantante ni desmiente ni afirma su romance real: «Ni digo que sí ni digo que no a lo que ha salido publicado. Soy amiga del rey, de la reina, de las infantas y de los príncipes, desde cuando eran pequeños», comenta Sara Montiel a Vanitatis.
En www.parahoreca.com publicamos los distintos rumores gastronómicos sobre una cena del rey con sus hijos donde presuntamente les reveló su estrecha amistad con la princesa alemana Corinna zu Sayn-Wittgenstein (en el vínculo figuran fotos de la bella princesa alemana). Asimismo, según apunta un confidente a nuestra revista una hermosa mujer “muy parecida” a Ivón Reyes también fue vista en otra época llegando en coche a la finca de caza de El Pardo.
Además de los rumores sobre las fiestas en los pabellones de caza, siempre se murmuró por Madrid las presuntas citas reales en un apartamento de la zona universitaria que también solían frecuentar famosas como Bárbara Rey o Paloma San Basilio. En realidad, nunca se llegó a demostrar que esos encuentros fueran ciertos aunque todos los que acudían el cercano restaurante de “Cuatro Estaciones” solían toparse con frecuencia con su Majestad y sus amigos. Luego también había rumores por los apartamentos Villamagna de ver llegar un coche con los cristales tintados o un motorista sospechoso. ¿Quién sería? Simples gastrocotilleos…
Informa Alfredo Muñiz
