Si los asturianos rezan a la Santina de Covadonga para que gane Oviedo, en Pontevedra invocan a San Caralampio, uno de los Santos más «sommelier«, no en vano, preside la ermita de las conchas de la isla de La Toja, como patrón de los borrachos y los cojos.
En la novela EL TESTAMENTO DEL GALLO, escrita por Alfredo Muñiz, San Caralampio cobra protagonismo en una boda organizada bajo su bendición y celebrada con un gran banquete en el Gran Hotel de La Toja.
El buen marisco, los excelentes vinos y los chefs de estrella Michelin que triunfan por toda la provincia de Pontevedra son, sin duda, el gran atractivo de la candidatura a la Capitalidad Gastronómica Española de la ciudad. Aunque el resto de candidatos no se lo van a poner fácil a la capital gallega.
El santo varón San Caralampio fue un sacerdote griego que murió descuartizado por no renegar de su fe. Veremos si intercede en la posible victoria gallega. Que Dios reparta suerte entre todos los candidatos.
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