Un grupo de trabajadores del Registro de la Propiedad de Granada detectó un sabor raro y cierto olor sospechoso en el café que le sirvieron. Acto seguido llamaron a un notario para que levantara acto de lo ocurrido y denunciaron el suceso a la Guardia Civil.
Los empleados mandaron un muestra del líquido elemento a un laboratorio privado. La sorpresa fue mayúscula cuando se percataron que la bebida contenía orines, además de agua y café.
Por lo visto, las piquillas internas entre los trabajadores y la tensión del centro de trabajo hacen sospechar que todo se trata de una vendetta laboral.