Unos 360 hoteleros de la Costa Brava han amenazado con empezar la temporada en junio si el Gobierno acaba aplicando la tasa turística. Estos establecimientos, que representan un 60% de los que hay en todo el litoral gerundense, en invierno están cerrados y sólo abren entre Semana Santa y finales de octubre, coincidiendo con el grueso de llegada de turistas.
Los hoteleros aseguran que no les saldrá a cuenta “soportar el peso de la tasa en meses de baja demanda” si finalmente el tributo (que irá de 1 a 3 euros) acaba siendo una realidad. La Federación de Hostelería de las comarcas gerundenses ya alerta de que, a su juicio, la medida irá en contra de la desestacionalización y supondrá mantener “altos índices de paro” en el sector.