La venganza por una separación conyugal parece estar detrás de la difusión del vídeo de los policías de Cerdanyola. Por lo visto, la mujer de uno de ellos grabó con el teléfono móvil el vídeo del ordenador del coche patrulla de su marido. “¡Como vivimos en el país de la pandereta, tenemos estos trabajos donde podemos hacer lo que queramos!”, comenta la supuesta esposa del poli bailongo.
La publicación de este vídeo ha provocado una suspensión de empleo y sueldo de los dos agentes por realizar “acciones impropias de unos funcionarios del cuerpo de policía”. La bromita de la felación a un plátano o el conducir a ciegas ya no les hace ninguna gracia.