Calçots o calsots son una variedad de cebolla tardía típica de Cataluña. En especial es el plato emblemático de la zona de Valls. La mejor temporada es a finales de invierno y se toma con salsa romesco, completando con un segundo plato compuesto por carnes y butifarras.
El propietario de “La fonda d´en Pep” en Viella nos explica en el siguiente vídeo cómo se come un calçot.
Con vino o cava de porrón
En torno al calçot las familias y los amigos se reúnen una vez al año en una fiesta denominada calçotades. Se preparan las brasas en la tierra y se hacen sobre la llama viva, no hay que esperar a que se haga brasa que es como se asaría la carne. Se comen pelando las capas exteriores y untando el calçot en una salsa denominada salvitxada o también con romesco. Se suelen usar grandes baberos y en los pueblos se comen de pié. Luego, tras lavarse las manos, se preparan la carne y butifarras con el sobrante de la brasa .
El maridaje para la ocasión es vino o cava catalán, lo típico es beberlo con porrón.
¿Afrodisíaco y anticancerígeno?
Sus propiedades nutritivas son iguales a las de la cebolla, es decir, tiene un amplio contenido de vitaminas y minerales. Además, se le atribuyen propiedades diuréticas, tonificantes, digestivas y afrodisíacas. E incluso hay quien afirma que contienen algunos agentes anticancerígenos.
Se cultivan en Tarragona
Se obtienen los bulbos a partir de la siembra de semillas. Las semillas se plantan a finales de invierno, se trasplantan los cebollinos en primavera y se recogen los bulbos en verano. A mediados de septiembre se pueden plantar los bulbos en tierra y según crecen se van calzando, es decir, cubriendo con tierra para que queden blancos.
El cultivo del calçot es habitual en las comarcas de Tarragona próximas al mar y con inviernos suaves. Aunque también se cultiva en el interior, en zonas que no tengan fuertes heladas, estos se recogen un poco más tarde que los calçots del litoral. Informa Alfredo Muñiz.
El vídeo fue tomado en “La fonda d´en Pep” en Viella.