Tanto la carretera de acceso por el pinar como en la salida de la autopista destino Salinas y Piedras Blancas, así como en la recta que va desde la glorieta de los barquitos de papel hasta Salinas es muy fácil encontrarse jabalíes que cruzan la carretera a sus anchas.
En las últimas semanas han puesto luces de advertencia nocturna en una señal de peligro de cruce de animales, representada por un ciervo.
Sin embargo, se necesitan medidas más eficaces para frenar la plaga de jabalíes que irán en aumento en los próximos años.
Ya ha habido numerosos accidentes en la salida de la autopista causados por el cruce de estos animales.
El choqué contra un jabalí puede ser mortal. El jabalí ha perdido el miedo a los humanos y le encanta el entorno urbano donde consigue fácilmente alimento. Controlar la tendencia de crecimiento de población de jabalíes en zonas urbanas es uno de los retos que tienen pendiente los gestores de fauna en todo el mundo.
Así las cosas, lo cazadores entran en una paradoja, resulta que van a cazar a León y Salamanca al monte y no ven ni una pieza. Sin embargo, al regresar a su casa de la playa se encuentran jabalíes hasta enfrente de sus casas y no les pueden disparar. El problema es complicado y requiere tomar medidas urgentes antes de que aumenten las víctimas humanas. Llegar a Salinas vivo por la noche comienza a ser un peligro. Muy pronto colgarán carteles advirtiendo: DESTINO SALINAS: PRECAUCIÓN JABALÍES.
Aunque también los hay que les gusta pasear contemplando la puesta de sol como pueden comprobar en el vídeo por el paseo marítimo de la playa de Salinas (Asturias). También son frecuentes verlos corretear por el parque donde juegan los niños.
El jabalí es un animal de comportamiento muy sociable, y se desplaza en grupos matriarcales, de tres a cinco animales formados por hembras y sus crías, aunque de vez en cuando se pasean grupos de hasta veinte individuos. La jabalina dominante es la de mayor edad y tamaño. Los jóvenes machos de un año, llamados bermejos, viven en la periferia del grupo. Exceptuando el período de celo, los machos en edad reproductora son más bien solitarios, aun cuando los individuos mayores y más viejos, llamados macarenos, suelen ir acompañados por un macho más joven conocido como el escudero.
Durante su período de celo, de noviembre a enero, el jabalí macho se pone más salido que un balcón; busca hembras fogosas de un modo tan activo que a veces llega a olvidarse de su propia alimentación. Solo quiere sexo. En cuanto encuentra una piara, comienza expulsando a los jóvenes machitos del año anterior para que no le quiten el puesto. En caso necesario, lucha contra sus rivales para conquistar a las jabalinas, generalmente dos o tres, y en ocasiones hasta ocho. Vamos le gusta la poligamia como a un niño un caramelo. Informa Alfredo Muñiz
