Cansada de las interminables reuniones en el Parlamento de Bruselas, la eurodiputada Ángela Vallina regresó en avión a su tierra natal el pasado 29 de enero. Y que mejor forma de celebrar la llegada que con unas sidras en familia. Pero entonces llegó la desgracia, en una carrera como una gacela para agarrar a su nieto, que se escapaba, pisó mal y cayó al suelo. La exalcaldesa llevaba un zapato plano nuevo que le había regalado su hija, no unos ‘Manolos’, como difundieron las malas lenguas por las redes sociales. Con tan mala suerte, y tan lindo pie, pisó gravilla y lo siguiente que recuerda es ver su tobillo separado de la pierna, colgando. Como la situación actual que vive su partido en el limbo de una hipotética fusión con Podemos, con la coleta colgando para las viejas glorias de la casa…
En ese momento no sintió dolor, porque la fractura estaba en caliente, pero rauda y veloz acudió corriendo al hospital con su marido de chófer. A la llegada aparcó mal el coche en Urgencias y las lenguas más viperinas rumorearon que su marido estaba borracho y ella
alegre. “Decir que mi marido estaba borracho se basó en que hablaba «raro». No tenían nada más que decir. A mi marido le habían operado unas semanas antes de la garganta ¡y claro que no hablaba bien!, pero es por esas secuelas que le quedan a todo el mundo después de una operación, nada más”, explica la protagonista a un periódico local. Lo cual demuestra que la mala suerte nunca viene sola.
Entretanto, el diario líder destapó que Ángela Vallina se vio envuelta en una polémica cuando se la acusó, junto a su marido, de provocar un altercado a las puertas del servicio de Urgencias del Hospital San Agustín e ir supuestamente ebria ( o alegre) a las instalaciones médicas, a donde acudió tras romperse el tobillo. En estos momentos la política estudia acciones legales contra los supuestos difamadores. En un principio apuntó hacia seres malignos de sus enemigos íntimos de izquierdas y ahora señala a diablos del PP.
Recordamos que tras la mesa de su despacho municipal es su etapa de alcaldesa exponía una simpática bruja como se puede apreciar en la fotografía. Tal vez la eurodiputada se encuentre ante algún tipo de maleficio y necesite un exorcismo. En la pasada campaña electoral también tenía la pierna escayolada, creo recordar. Aunque entonces el incidente no fue tan comentado…
Sea como fuere, en una ocasión acudí a una marcha verde organizada por el Ayuntamiento con Ángela Vallina, al final del recorrido tuvimos sidra gratis para todos los participantes. Y puedo exponer en su defensa que aunque bebió algunos culinos de sidra, no llegó a cantar ni el Asturias Patria Querida ni la Internacional….., al menos, en mi presencia.
Informa Alfredo Muñiz.
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