Sólo por unas hora, y después de 84 años de clausura, la novicia con más espíritu joven de España abandona su clausura en el Convento de Buenafuente del Sistal (Guadalajara) para saludar a su Santidad Benedicto XVI. La religiosa procede de una familia humilde de labradores, con seis hermanos y pocos ingresos para acudir a los restaurantes de lujo que anunciamos en esta web. Sin embargo, desde siempre ha sido una experta cocinera en tortillas de patata.
Los secretos de la tortilla de Sor Teresita
En su casa siempre había los ingredientes básicos: patatas, huevos y aceite. Además Sor Teresita confiesa a sus 103 años los secretos mejor guardados para que la tortilla se convierta en un bocati di Cardinale. Por un lado, la novicia reza una oración para que le concedan dos ayudas desde el Cielo: «La Virgen María le da el sabor auténtico a la tortilla y San José le ayuda a dar la vuelta». Así consigue las mejores tortillas de patata, según relatan el resto de hermanas del convento de clausura en Guadalajara.
Su nombre antes de meterse a monja era Valeria, desde los 19 años practica los principios de San Benito: ora et labora. Casualmente la religiosa tomó los votos el mismo día que nació el Papá Ratzinger en Alemania. Así las cosas, Sor Teresita disfruta de un gran día al encontrarse con el Padre de la Iglesia Católica. Todas las monjas en su convento se levantan a diario a las cinco de la mañana y tienen una rutina muy disciplinada. Por fin, a sus 103 años, la madre más veterana participará en la Jornada Mundial de la Juventud. Nunca es tarde si la dicha es buena.
Jesús ha escrito: «En las crónicas de Indias se tiene documentado que en 1519, ya se conocía la tortilla de huevo tanto en Europa por los conquistadores españoles como en América al menos por los Aztecas, quienes la preparaban y vendian en los mercados de Tenochtitlan.»