El matrimonio Borbón-Ortiz junto a las infantitas Leonor y Sofía se encuentran de precampaña por si el rey se decide a abdicar por vía de urgencia. En época de crisis han abandonado las escapadas públicas a Baqueira Beret para esquiar. Ahora prefieren mezclarse con los vecinos de Almagro para hacerse fotografías en el tiempo libre. Un acercamiento a la plebe que parece formar parte de una campaña de lavado de imagen monárquica ante el escándalo Urdangarin, Corinna y demás allegados. Simpatía, cercanía y campechanía rebosan en su paseo manchego. Un don Quijote de La Mancha con su Dulcinea de las Asturias que lucha contra molinos de viento…
Durante la mañana del sábado, antes de la Semana Santa, han hecho su propio vía crucis por las calles de la localidad manchega. Enseguida los vecinos han colgado por las redes sociales las instantáneas con los turistas reales. La pequeña infantita con una muñeca calva y de vaqueros, nada de princesitas con coronas. Tanto Sofía como su hermana Leonor lucen bufandas super anudadas al cuello como si su mamá tuviera miedo que se pusieran roncas para debutar en la ópera. La nena mayor llevaba una especie de bolso-cartera color marrón, seguramente con dinero para comprar chucherías, recuerdos manchegos o décimos de lotería para llevar a los abuelos y al tío Urdangarin.
La princesa Letizia con look desenfadado de cazadora de cuero negro y el príncipe con jersey azul y gafas de sol. El puro ejemplo de un Quijote de nuestros días.
Naturalmente, además del recorrido turístico, los príncipes entraron en el bar ‘El Gordo’ y pidieron un mosto. Al pedir la cuenta el dueño del local dijo: «invita la casa». Y es que pese a que ha disminuido el número de monárquicos el pueblo se siente satisfecho de recibir a los Borbones en su casa. No olvidemos que el Heredero podría ser pronto Felipe VI.
En la visita también tuvieron tiempo para disfrutar de una función teatral en el Corral de Comedias de Almagro y allí también posaron sonrientes con los actores vestidos con trajes medievales como si salieran del Quijote.
Para terminar la feliz familia se fue a comer al Parador Nacional, antiguo Convento de San Francisco. ¿Pagarían la cuenta, invitaría el pueblo o se añadiría al déficit público de la red de Paradores?
Lo dicho, un paseito de fin de semana muy manchego. Veremos si nos enteramos de la escapada privada de Semana Santa, posiblemente a algún lugar exótico con traslado secreto en avión privado. Claro que eso es harina de otro «costao», y tal vez este año el príncipe se tenga que quedar en España para atender sus funciones de sustituto del monarca. Los rumores sobre la inminente abdicación crecen y la gran duda es: ¿quién será el Sancho Panza del culebrón principesco?