Tras cancelar dos viajes a Roma debido a la pandemia del coronavirus y hacer escala en el aeropuerto para escuchar música de piano y contemplar las esculturas, por fin, regreso a la ciudad eterna.
La bienvenida fue ligeramente caótica. El taxista me informó: “El centro de Roma está cortado porque se celebra una maratón. Te dejaré donde pueda antes del jaleo”. Afortunadamente, mis amigos “cuasi romanos” me ofrecieron su casa como albergue de urgencia y me invitaron a comer en uno de los restaurantes más antiguos de la ciudad, “La Campana”. Un sitio realmente recomendable; alcachofas a la romana, flor de calabaza, calamares, ensalada de tomate con burrata y vitello tonnato, unas lonchas de ternera atunadas con una salsa cuyos ingredientes principales son mayonesa, lomitos de atún, caldo de carne, anchoas y alcaparras.
Tengo que repetir y probaré los polpette con piselli in vino bianco, una especie de albóndigas con guisantes y su toque etílico.
Recomendaciones en Roma para mi Carlotiña
Prometí a mi fuente de inspiración para el personaje de Carlotiña que escribiría está crónica para que disfrute de Roma cuando se recupere de sus achaques, un trasplante de médula que le obliga a permanecer en su casa con medicación contra el rechazo.
Me refiero a la auténtica lideresa de la novela EL TESTAMENTO DEL GALLO, disponible en Amazon.
Vídeo por Aventino, la Boca de la Verdad, el templo de la Fortuna Viril, el Foro Boario, la Fontana dei Tritoni y otros interesantes lugares de Roma
Para agradar a mi Carlotiña, pregunté a las principessas italianas los lugares más sabrosos y mientras elegían los complementos de Bulgari para las vacaciones de verano en la Riviera, me contaron: “You must go to «Il Marchese» in Via di Ripetta 162. Allí nos reciben como reinas; hace poco nos encontramos a la Biden y a la Macron con motivo del G7 romano. Parece que las chicas de los presidentes prefieren los guisos del chef Daniele Roppo a los aburridos almuerzos oficiales”.
Corroboro que las bellezas locales tenían razón, la cocina es excelente, aunque no logré confirmar el cotilleó de la presencia de la americana y la francesa más VIPs del Planeta. El maître respondió que desconocía el asunto de la Biden y la Macron, seguramente por discreción, porque tampoco lo desmintió.
Lo que sí pude contrastar es la exquisitez del tiramisú clásico; lo puedes probar con sabor a pistacho, especial para los paladares más modernos.
Por otro lado, las elegantes condesas me sugirieron «Matricianella» en Via del Leone, 4, un sitió donde ya iban sus abuelas hace más de 60 años. Actualmente está gestionado por los hermanos Giacomo e Grazia con Giovanni Fabbrotti como jefe de cocina, Durante la romántica velada en la terraza degusté unas berenjenas gratinadas con queso; boquerones a la andaluza con acento italiano y fiore di zucca con queso en gabardina, de postre frutos del bosque con helado.
Por último, la flor y nata de Roma me sugirió una visita a “Poldo e Gianna Osteria”. “Il ricordo di nonna Gianna in cucina e nonno Poldo fra i tavoli è ancora vivo. Oggi siamo io e mio padre Nicola a portare avanti la tradizione. Nel gennaio 2016 abbiamo aperto le porte di Poldo e Gianna Osteria, proprio nel cuore di Roma, in un vicolo romantico e pieno di storia di fronte al Parlamento”, me explicó Leopoldo Scarnecchia, les treaduzco: “Recuerdo a la abuela Gianna en la cocina y al abuelo Poldo en el comedor, todavía vivo. En enero de 2016 abrimos la Osteria de Poldo y Gianna en pleno corazón de Roma, en un romántico lugar lleno de historia, frente al Parlamento”. El restaurante está situado en “vicolo Rosini, che collega Via dei Prefetti con Via di Campo Marzio e Piazza del Parlamento”. Muy cerca del Pantheon.
Otra de las recomendaciones de «las más fashion» es dar un paseo nocturno por el Trastevere. Más complicado es encontrar un buen restaurante. Me sugieren “Tonnarello”, “La Rosetta”, “Osteria La Gensola” y “Nannarella”. Eligí “Tonnarello” y no tuve suerte. Después de esperar una cola de cuarenta minutos; el servicio fue aceptable, el vino pésimo y la comida regular, tirando a mala.
Para terminar, tengo pendiente hacer otra cola en un sitio informal, la «osteria da Fortunata» en la Piazza della Cancelleria 87, entre otros lugares que les iré contando.
La experiencia en “Cul de Sac” no fue nada recomendable, aunque me habían contado que funcionaba fenomenal. Devolví el salmón, y el rabo de buey era demasiado añejo. Lo único aceptable el vino y la verdura. El “Raviolo D’oro” es otro de los sitios que les pueden sacar de un apuro en pleno centro, aunque tampoco está para tirar cohetes.
Mi conclusión: el gran problema de los restaurantes romanos “recomendados” es que son mediocres, excepto los que les cité en los comentarios. En los realmente buenos es necesario reservar con antelación. Generalmente, encuentras establecimientos para turistas donde tienes que hacer cola, y donde no te aconsejo pedir pescado. El sabor a mar solo es recomendable en la costa: Ostia, Fregene, Capri, Sorrento (donde hay un dos estrellas Michelin) o Nápoles. Las nuevas generaciones de gourmets me indican «Felice a Testaccio» en Roma y «Il Faretto» en Napoli. En Sorrento me iban a invitar al «Ristorante Don Alfonso 1890», pero al realizar la reserva nos enteramos de que está cerrado temporalmente hasta 2024.
Aunque mi último descubrimiento es una cantina informal, tal vez no digna de principessas, pero con unos sabores divinos. Se trata de «La Cantina dei Mille» en Nápoles. Probé una zuppa di pesce di pozzuoli, que viene a ser una sopa de pescado local. Me prepararon una especie de caldereta deliciosa.
Ci vediamo. Alfredo Muñiz.
