En todas las sagas familiares poderosas cuecen habas…, aunque en algunas la fabada lleva demasiado “chorizo”. En otras, las envidias, los celos, la terquedad, la lucha por el poder, el egoísmo, la vanidad o la ignorancia son las causantes de la ruptura familiar que evidentemente también desemboca en efectos perjudiciales para el negocio.
Saber llegar a acuerdos es vital para una convivencia sana. Retirarse a tiempo y elegir a los sucesores adecuados es otro de los retos de cualquier empresa familiar.
En el caso de la familia Álvarez, fundadora del grupo Eulen, y famosa por sus excelentes bodegas de Vega Sicilia, los desencuentros y diferencias entre los distintos socios darían para una novela con trasfondo dramático y localizaciones en Ribera del Duero.
El que escribe esta columna está especializado en Empresa Familiar y conoce a la perfección las enfermedades típicas de este tipo de organizaciones. Tras años de consultoría e infinidad de artículos sobre el tema, nace la novela cómica EL TESTAMENTO DEL GALLO, escrita por Alfredo Muñiz y disponible en Amazon.
Hasta ahora, todos los miembros de empresas familiares que han leído el relato se ven identificados con alguno de los caricaturescos personajes, que podrían perfectamente ser protagonistas de una película del gran director de cine Pedro Almodóvar. Por cierto, el oscarizado cineasta recibió EL TESTAMENTO DEL GALLO a través de su productora EL DESEO D A S.L., ubicada en Glen Valley Corporation. Veremos…
Acuerdo empresarial, pero ¿se puede arreglar la unidad en el seno de la familia, después de tantos años de desencuentro?
Centrémonos en los propietarios del imperio Eulen y de las prestigiosas bodegas Vega Sicilia que hace años tuve el honor de visitar con mi difunto padre. Me sorprendió que en el despacho de uno de los herederos, además de vino, destacaban los símbolos de baloncesto, su gran afición.
Los Álvarez fueron una familia ejemplar, unida y aparentemente feliz hasta el año 2009. Don David disfrutaba de ver como sus siete herederos, participaban en mayor o menor medida en el legado familiar, aportando cada uno lo mejor de sí mismo. Sin embargo, en 2020 estalló una guerra familiar que se hizo pública al filtrarse diferencias entre los hermanos. Existen dos versiones que posiblemente estén interrelacionados. Por un lado, al parecer cinco de los siete hijos quisieron tomar el control de la empresa, “ninguneando” al resto. Otras fuentes afirman que fue el propio fundador quien podó el árbol familiar, apartando del Consejo de Administración a dos herederos. Sea como fuere, las diferencias entre hermanos y la lucha por el poder fueron el detonante de la bomba de relojería que se venía gestando.
En un primer asalto, incluso se apartó al patriarca del Consejo de Administración, aunque lo normal es que en estos casos permanezca como presidente hasta su fallecimiento. De todas formas, el fundador recuperó el control del grupo gracias a su mayoría accionarial y al apoyo de dos de sus hijos: María José (actual presidenta) y el tristemente fallecido hace unos meses, Jesús David.
En todas estas sagas con un gran patrimonio inmobiliario, se constituye una sociedad patrimonial familiar que en este caso se llama El Enebro, propietaria de Bodegas Vega Sicilia o de Valles del Esla.
En este caso, los disidentes tomaron el control de El Enebro y comenzó la guerra.
Aunque como en toda historia novelesca, en la saga hay distintas mujeres que destacaron y que fueron también el germen de los desencuentros.
La semilla de la enemistad comenzó a florecer con las bodas del empresario David Álvarez. Primero, se casó con María Vicenta Mezquíriz, madre de sus siete hijos. Al fallecer Vicenta contrajo matrimonio con María Teresa Vidaurrázaga, quien también falleció.
En 2009, el bodeguero se casó con su tercera esposa, su secretaria María Teresa Esquisabel Barrena. A sus hijos no les gustó la boda y comenzó el distanciamiento. Tal vez, esa fue la causa que cuando el rey emérito lo nombró marqués de Crémenes a los 87 años, entonces consideró el título vitalicio, es decir, sus herederos no lo pueden disfrutar.
Después de quince años de disputas, juicios y gastos en abogados, parece que la paz vuelve a reinar en el imperio Eulen. Esta semana, se ha decidido que la actual presidenta María José Álvarez controlará el Grupo Eulen, mientras que sus hermanos Pablo, Emilio, Juan Carlos, Elvira y Marta decidirán sobre la sociedad patrimonial a la que pertenece la bodega Vega Sicilia, es decir, El Enebro.
La corporación Eulen simboliza más de 60 años como líder en España de servicios generales a empresas. El grupo Eulen cuenta con más de 7.000 clientes en 12 países, más de 75.000 empleados en plantilla, más de 80 servicios en el mercado y ventas que superan los 1.674 millones de euros.
Con este acuerdo, se cierran los procesos judiciales iniciados entre los bandos de hermanos. El emporio ha emitido un comunicado que desvela la reestructuración societaria para fortalecer ambos grupos empresariales y agilizar la toma de decisiones.
Aunque las relaciones familiares es otro cantar. La familia estaba rota. Desconozco la situación actual, tras el acuerdo, pero será complicado pegar los trocitos que se fueron perdiendo por el camino. La paz familiar nunca será como antes de los desencuentros empresariales. Lograr una empresa sana y una familia unida debería ser la prioridad de toda saga. Informa Alfredo Muñiz.
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