Suenan rumores graves contra el rey Juan Carlos y la utilización de dinero público para agasajar a su amiga especial. Por lo visto, reformó el chalet con piscina cubierta y al aire libre que utilizaba su «entrañable» princesa Corinna durante su estancia en la capital del reino. Concretamente el casoplón se encuentra en una finca que el patrimonio nacional posee en El Pardo, muy cerca del palacio de la Zarzuela y de los pabellones de caza por donde suele pasear el monarca. Cuchichean que en el chalet se organizaron cuchipandas tras cacerías por el coto. No es la primera vez que otras famosas fueron vistas por la misma zona. Así, según ha podido saber PARAHORECA.COM la guapa venezolana Ivonne Reyes también solía realizar visitas a El Pardo en otros tiempos…, aunque se desconoce con quien se reunía en tan distinguidos salones.
Al parecer Corinna vivió en el chalet durante meses antes del accidente de caza del rey en Botsuana. Tras destaparse el asunto, fue invitada a marcharse de España a la mañana siguiente de la operación real. Se barajaba que podría residir en Montecarlo. Sin embargo, la revista Tiempo desvela que entonces viajó directamente desde Londres hasta Río de Janeiro. Por aquellas fechas el rey pidió perdón a los españoles: «Lo siento mucho, no volverá a ocurrir», transmitió Juan Carlos con cara de niño arrepentido. Entonces el monarca estaba centrado en sus ejercicios de rehabilitación tras pasar por el quirófano. Entretanto, Corinna se encontraba en Río de Janeiro disfrutando de uno de los mejores hoteles de Sudamérica, el Copacabana Palace. La chica Bond Mata Hari de Borbón se hospedó en una suite que rondaría los 1.000 euros por noche. Y fue fotografiada con el empresario Marcelo Carvalho de Andrade, fundador de la ONG franco-brasileña Pro-Natura. Las buenas relaciones del brasileño ya quedaron patentes hace años en sus contactos con el príncipe Carlos de Inglaterra y su entonces esposa Lady Di.
Sea como fuere, Corinna se trasladó de Madrid a Londres. Fue vista en el aeropuerto londinense de Gatwick en compañía de su hija Natassia rumbo a Brasil. Llama la atención que gracias a su pasaporte diplomático no tuvo que pasar controles policiales. En Río no fue a la playa que se encontraba frente a su hotel. La princesa acudía al gimnasio a diario y salía a comer y a cenar con su rico amigo brasileño. Seguramente para charlar sobre negocios, hasta acudió a la oficina del empresario donde tuvo una reunión de unas 5 horas. ¿Preparará Corinna algún proyecto relacionado con los próximos Juegos Olímpicos de Brasil?
