Julián Muñoz se encuentra entre rejas mientras la tonadillera triunfa por los escenarios. Isabel Pantoja ha retomado su agenda de conciertos y se prepara para la gran cita sevillana con su público. Entretanto el exalcalde de Marbella se desquita en sus memorias, llenas de sexo y traiciones. No se corta ni un pelo a la hora de describir las escenas de cama, ni tampoco como se sintió cuando más la necesitaba: “Me dejó tirado como un perro”. En referencia cuando se fue a la casa que compartían y se encontró con que había cambiado la cerradura.
“La cruda verdad” titula su relato biográfico con la folclórica. Al parecer el “escritor-político-chorizo” grabó sus memorias y se las pasó al periodista Miguel Ángel Ordóñez para que las transcribiera y pudiera hacer caja. Aunque los beneficios irán a parar a Hacienda y de momento no podrá desfilar por los platós de televisión hasta que se libre de la cárcel, de aquí a muchos años.
“A calzón quitado” cuenta su verdad sobre un idilio de amor, lujo e intereses por el dinero y el poder.
“Lo hacía muy bien y muy a menudo”, explica el amante herido. Hasta le regalaba escenas de danza erótica frente a la cama, según cuentan los tertulianos del corazón. E incluso confiesa que le besaba un pecho antes de salir al escenario en cada actuación.
Del teléfono con conversaciones eternas se pasó a la cama con sesiones maratonianas. Seis años de amor y rosas con cuernos con la niñera de la Pantoja, según confiesa Cachuli.
“Se me enamora el alma” o “Se nos rompió el amor” es el nombre de alguno de los capítulos más entretenidos. ¿Se habrá llevado el exnovio la música de la Pantoja a la cárcel?