
Hereda el pago del IBI de un garaje, sin mando, ni propiedad
La anciana señora le había regalado un garaje en vida. Al final, los trámites quedaron pendientes, y en lugar de heredar el garaje, los herederos le cedieron el pago anual de los recibos del IBI, hasta que se enteró de que la cochera no estaba a su nombre.
Lo simpático del desaguisado es que incluso pagó el IBI, mientras estudiaba en el extranjero con una beca, al regresar jamás recuperó el mando a distancia. Pese a que lo solicitó en reiteradas ocasiones.
Ahora, el garaje pertenece a la comunidad de herederos de su abuela.
De justicia sería que el usuario de la cochera, pagara una renta a sus propietarios. Habría que reclamar el pago de la renta con carácter retroactivo por el uso y disfrute de su cochera; serían 25 años al módico precio para la familia de 100 € mensuales, y con descuento de 5 años gratis, hacen un total de 24.000 €.
Al final todo queda en familia, y es mejor no armarla por la paz familiar. Al administrador de la abuela “se le olvidó” arreglar los papeles, pese a que la propietaria le encomendó el asunto, y pidió consejo a su abogada que certifica el último deseo de la difunta.
Despistes que ocurren en las mejores familias.
El colmo de los caraduras
Los herederos más traidores y sin escrúpulos llegan a incumplir la última voluntad del enfermo hasta en la fase terminal. Así, conozco el caso del presidente de un relevante grupo empresarial que, ante sus hijas como testigos, delegó en su hijo para revisar la documentación de la empresa, al ser el mayor accionista.
“No tienes ni que pedir hora. Simplemente llegas y le pides al jefe de administración que te facilite todo lo que necesites”, sentenció.
Sus palabras fueron desoídas, el empleado no colaboró en absoluto en la última voluntad de su jefe, por expreso deseo de los traidores, ocultó la información y contribuyó a una ruptura familiar. Incluso se contrató a un asesor externo para mentir sobre la realidad empresarial, mientras el auditor se lavaba las manos con un informe donde expresa: “En la formulación de las presentes cuentas anuales se han utilizado ocasionalmente estimaciones realizadas por los administradores de la sociedad”. Luego tras realizar juegos malabares con un polémico uso del término “valor razonable”, aduce: “en caso de incorrección material, debida a fraude o error los responsables serán los administradores”. La voz de su amo no se moja, pero tampoco cuenta toda la verdad.
Mis primeras conclusiones al ver el expediente fueron: ¿qué criterio se utilizó en esta auditoría para mencionar que una irregularidad adquiere carácter de significativo?, ¿cuándo el auditor considera como incertidumbre un hallazgo contable que va en contra de la ley y de los intereses de parte de los socios? Al parecer, el experto había advertido del asunto en la carta de sugerencias que entregó a los administradores y que no está disponible para el resto de los socios.
En la novela El testamento del Gallo, Carlotiña opina que Dios creó a algunos asesores para que los economistas tuvieran alguien de quien reírse. Aunque a veces es mejor ser un ignorante porque hay situación que solo causan risa en la ficción.
Para terminar, voy a desvelar mis últimas voluntades favoritas, pertenecen a uno de mis retatarabuelos por parte materna.
Las últimas voluntades cristianas de mi retatarabuelo
Me despido con una pincelada del testamento de mi retatarabuelo, José Pérez Ferrán, es decir, el padre de mi tatarabuelo Nalín, que solicitó un funeral de primera clase con seis señores sacerdotes y párroco, alumbrándolo con misas gregorianas durante seis años.
El cristiano testamento comienza así: “Creyendo como creo en el Misterio de la Santísima Trinidad, en el de la Purísima Concepción, en el de la Encarnación del Hijo de Dios, y en todos los demás Misterios y Sacramentos que cree y confiesa nuestra Santa Madre Iglesia Católica, Apostólica y Romana en cuya fe y creencias he vivido siempre …”.

En la fotografía figuran mis tatarabuelos, Nalín y Josefa, con sus nueve hijos, a la derecha la tía Griselda que vivía en Cuba. Mi bisabuelo Rafael, que hizo fortuna en México, la centenaria Tuta -figura de pie a la derecha- me dejó en herencia un antiguo quinqué que custodia mi madre. Esa es la herencia que recibiré por parte de mi abuela Carmen.
Por cierto, se me olvidaba comentarles la última voluntad de una abuela a su nieto favorito que ejercía de chofer privado y le legó un garaje en vida.
Hereda el pago del IBI de un garaje, sin mando, ni propiedad
La anciana señora le había regalado un garaje en vida. Al final, los trámites quedaron pendientes, y en lugar de heredar el garaje, los herederos le cedieron el pago anual de los recibos del IBI, hasta que se enteró de que la cochera no estaba a su nombre.
Lo simpático del desaguisado es que incluso pagó el IBI, mientras estudiaba en el extranjero con una beca, al regresar jamás recuperó el mando a distancia. Pese a que lo solicitó en reiteradas ocasiones.
Ahora, el garaje pertenece a la comunidad de herederos de su abuela.
De justicia sería que el usuario de la cochera, pagara una renta a sus propietarios. Habría que reclamar el pago de la renta con carácter retroactivo por el uso y disfrute de su cochera; serían 25 años al módico precio para la familia de 100 € mensuales, y con descuento de 5 años gratis, hacen un total de 24.000 €.
Al final todo queda en familia, y es mejor no armarla por la paz familiar. Al administrador de la abuela “se le olvidó” arreglar los papeles, pese a que la propietaria le encomendó el asunto, y pidió consejo a su abogada que certifica el último deseo de la difunta.
Despistes que ocurren en las mejores familias.
Últimas voluntades dedicadas a las víctimas del covid
A todos los que han perdido familiares durante la pandemia del covid les dedico este reportaje y les pediría que reflexionaran sobre las últimas voluntades de sus seres más queridos. Muchos mimos, abrazos virtuales, y una rosa de nuestro jardín para todos los difuntos. D.E.P.
Alfredo Muñiz

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