Cuidado con picar los chuches del curro y si trabajas con marisco ni se te ocurra con probar una pata. Y si no que se lo pregunten a la trabajadora del departamento de pescadería de Hipercor Jerez que fue despedida tras comerse cinco cigalas para “probar probar su correcta salazón”. La profesional quería dar con el punto de sal adecuado y necesitaba degustar el material. Igual que si se tratara de una edición de “Gran Hermano” en unos grandes almacenes fue descubierta por una cámara de seguridad con las manos en el sabroso tentempié. Ni corto ni perezoso el responsable de la empresa decidió “expulsar de forma permanente” a la trabajadora gourmet. Pero como si de un reality show con final feliz se tratara, el abogado de la despedida, Francisco Cabral, consideró que “lo lógico era probar el marisco para saber el punto de sal o su acertada cocción”. Así las cosas, un juez seguramente amante de la buena mesa ha declarado improcedente el despido. El juzgado de lo Social 3 de Jerez ha fijado, además, una indemnización 20.000 euros. ¿Se atreverá a volver a probar el material?
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