La afición por la cocina es una buena excusa para reunirse entre amigos y degustar buenas viandas. Un grupo de chicas de Oviedo nos envían las fotografías de sus platos de concurso. Cada una lleva una especialidad que será evaluada por todas y la ganadora recibe un regalo que compran con un fondo común. Los maridos ponen la bebida… La idea no es nueva, otro grupo catalán nos cuenta que han encargado cazuelas con la marca de cada concursante en la base, de tal forma que a la hora de las degustaciones no se sabe quien es el cocinero del guiso. Otra forma de confraternización entre colegas son los amagüestus asturianos en el otoño. En el caso de las casetas en la Feria de Abril de Sevilla también se organizan banquetes flamencos.
La gastronomía une hasta a los políticos. Así algunos ayuntamientos organizan comidas en la calle con mesas corridas, uno de los encuentros más sonados ocurre en Avilés con una fiesta gastronómica para 15.000 comensales. Hasta la familia real se apunta a los banquetes de comida casera: Teverga se vuelca con los príncipes en una pantagruélica comida de pueblo. Aunque los campeones de España en la formación de sociedades gastronómicas son los vascos con sus txokos.
¿Las mujeres comienzan a pisar fuerte en los txokos?
En vascuence Txoko significa rincón o sitio pequeño. Se le da este nombre a los locales sedes de sociedades gastronómicas, que pueden ser también recreativas o deportivas, creadas en Navarra, y en el País Vasco español y francés. Los socios suelen pertenecer a una misma cuadrilla. En los txokos se reúnen para realizar cenas y comidas, bien entre los socios, bien entre un socio y sus invitados. El que cocina lo hace gratuitamente, mientras que los productos son aportados por los demás participantes en el evento, a excepción de los básicos de uso común que suelen provenir de la propia despensa de la sociedad. Una vez realizado el evento se hacen las cuentas correspondientes dejando la documentación y el dinero en un buzón que se ubica en el recinto de la sociedad.
Normalmente se paga una cuota que sirve para solventar los gastos comunes y luego cada socio paga el gasto que él realiza. Los socios suelen ser hombres; hasta fechas recientes las mujeres tenían prohibido el paso a las sociedades. Hoy en día normalmente las mujeres no pueden entrar en la cocina. Incluso en algunas tienen vetada su incorporación como la Sociedad Gaztelubide de San Sebastián. La gran duda que surge es: ¿por qué no forman las mujeres sus propios txokos?. Con la igualdad, ¿comienzan a pisar fuerte en la cocina? No olvidemos que Elena Arzak fue galardonada como mejor chef femenina del mundo en la pasada edición 2012.