Confieso que me entristece ver como algunas personas ven coartada su libertad en pareja o por lazos familiares tóxicos. A la postre, todos me envidian cuando viajo y cuelgo esas fotos en Instagram con amigas y amigos de los cinco continentes. Tengo libertad de elegir.
Ya podría ocurrir lo mismo con la familia. Imagínate que pudieras elegir a tu suegra, a tu cuñado, a tu tía o a la abuela de la parienta, de la misma forma que iliges con quien quieres mantener una amistad duradera.
Los más interesados consideran que una buena suegra es la que mantiene la boca cerrada y el monedero abierto. Sin embargo, cuando no te dejas pisotear y piensas lo que dices, marcando límites a la intolerancia, entonces el pariente aprovechado comienza a opinar que tienes un carácter muy difícil. Los favores se convierten en desagradecimiento. En la comedia “Mamen Mayo” se describe a la perfección los conflictos familiares, e igual que en mi novela EL TESTAMENTO DEL GALLO, muchas sagas se ven reflejadas en sus personajes, vean el tráiler:
La vida es el arte de lo posible y de casi lo imposible. No obstante, para alcanzar tus sueños, aléjate de las personas tóxicas. O como reza el viejo refrán castellano: “Mejor solo que mal acompañado”. Hay que aprender a convivir con una soledad buscada. Sin que ello signifique convertirte en un ermitaño.
A veces, toca salir adelante solo, hablar contigo mismo para demostrarte que no necesitas de nadie para hacerte aún más fuerte y para ser mejor. Las parejas o los familiares tóxicos pueden perturbar tu equilibrio emocional y provocarte infelicidad. El optimismo de que la vida cambiará se confunde con la triste realidad e impide alcanzar los retos del presente. Muchos aguantan por la paz familiar hasta que se hartan.
La convivencia entre vecinos o entre parientes puede convertirse en un calvario cuando te topas con gente egocentrista que solo piensa en sus propios intereses; personajes sin empatía que terminan con la paciencia del Santo Job. Todos hemos escuchado historias disparatadas por culpa de herencias envenenadas. A los maridos se les conoce en las separaciones, y a los hermanos en las herencias.
El dinero lo estropea todo. El muerto al hoyo y el vivo al bollo….
“Si no hay pulque en la ofrenda, puede que el difunto se ofenda…”, me recuerda una amiga mexicana en los días que anteceden a la festividad de todos los Santos, fecha en que recordamos a nuestros difuntos más queridos. Como decía Platón: “La libertad reside en ser dueños de nuestra propia vida”. Ojalá los herederos del Gallo logren el reto en el próximo año. Muy pronto saldrá la segunda parte de la saga: “La herencia de los pollitos“.
En mi novela EL TESTAMENTO DEL GALLO, disponible en Amazon, escrita por Alfredo Muñiz, podrán descubrir historias más disparatadas que las reseñas reales que les presento en este post.
Feliz día de los Muertos
Un mexicano de pura cepa renace hasta de los huesos. Recuerdo como mi abuela Carmen, nacida en Tampico, me recordaba como su nani negrita cocinaba para llevar los platos favoritos a sus seres más queridos en el cementerio, el 1 de noviembre, día de los difuntos. Informa Alfredo Muñiz.

