Un “violador seudogeneroso” y un cacique patriarcal: bestialidades sin sentimiento de culpa
En los últimos días colapsó la actualidad el “padre Fran”, un párroco detenido en Málaga que se cepillaba a su regimiento de beatas, y las convencía de que “se preocupaba por su bienestar”.
Agresiones sexuales bajo los efectos de la sedación, y grabaciones para revivir los momentos más pornográficos.
Un psicólogo catalogó al sacerdote de «violador seudogeneroso», el cura se aprovechaba de su condición de autoridad religiosa para engatusar a sus víctimas y utilizaba la sedación si no se portaban como a él le gustaba…
Lo alucinante es que el follador de feligresas carece de remordimiento alguno. Más aún, disfrutaba al satisfacer sus necesidades y controlar a las oradoras de turno.
Sus víctimas no eran libres para poder opinar ni para poder elegir.
Los aprovechados, jetas, manipuladores y mentirosos son personas tóxicas. ¡Cuánto más lejos mejor! En cada casa hay un Pepe, un Juan y un burro, reza un refrán ibicenco que recogemos en la segunda parte de la novela EL TESTAMENTO DEL GALLO, escrita por Alfredo Muñiz, disponible en Amazon.
Por cierto, el cura también tenía novia, ella fue quien denunció el caso. El romance entre ambos surgió en el confesionario de la iglesia melillense de Santa María de Micaela. La chica es miembro de la hermandad de Nuestro Padre Jesús Cautivo de Medinaceli y María Santísima del Rocío y voluntaria parroquial. Por lo visto, le contó al cura sus penas sentimentales y este la consoló….
La libertad de elegir es sagrada
“Discrepar no es de buena educación”, opinan los caciques.
Los “sabelotodo dictadorzuelos” se creen todopoderosos y con la verdad absoluta… Craso error.
Los modelos personalistas van en contra de los intereses de la empresa y de la sociedad, y más si se adoptan actitudes totalitarias. Necesitamos verdaderos líderes que sepan impulsar un liderazgo compartido en el marco de la legislación vigente.
Algunos de los “achaques” habituales de las sociedades familiares son los desequilibrios entre remuneración y dividendos; la confusión entre la familia y la empresa; el desorden entre propiedad y capacidad; la confusión entre dirección (decisiones del día a día) y el gobierno (estrategias a largo plazo), por tanto, Consejos de Administración no profesionalizados; la falta de comunicación y la escasa transparencia; la cultura societaria decadente, y creerse vacunado de todos los males.
¿Se pueden mezclar los sentimientos y los negocios?
Tal vez hemos detectado el tumor maligno más peligroso en los procesos de sucesión. De ahí, la importancia de dejarse aconsejar por un experto independiente. Las grandes sagas son conscientes del escollo, para ello contratan consejeros externos independientes, y gestionan la selección de personal con criterios muy estrictos, en especial, para la familia empresaria.
El Consejo de Administración debe ser un órgano de control y transparencia.
Los criterios emocionales, los intereses creados, el favoritismo y los puestos de conveniencia se entremezclan en un laberinto desorganizado. Los agraviados y resentidos se convertirán en disidentes. Se irán apartando de la empresa y solicitarán la venta de su paquete accionarial, comenzarán las discusiones por las valoraciones y los desencuentros familiares que pueden provocar graves repercusiones en el negocio. La libertad de elegir es primordial. Hay herederos que no quieren pertenecer a la empresa familiar, lo ideal es pactar una salida amistosa a un precio razonable.
La autocrítica es necesaria, sin embargo, determinados líderes prefieren el endiosamiento.
Cuando alguien decide lo que te conviene sin tener opción a expresar tu propia opinión, ni a elegir o plantear alternativas constructivas, la situación suele desembocar en desacuerdo. Ante las diferencias, no se puede intentar acallar a los discrepantes. Recordemos que vivimos en una democracia, algo que olvidan los cabecillas más dictatoriales, en el artículo 20 de la constitución española “se reconocen y protegen los derechos: a) A expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción. (…)
El ejercicio de estos derechos no puede restringirse mediante ningún tipo de censura previa. Sólo podrá acordarse el secuestro de publicaciones, grabaciones y otros medios de información en virtud de resolución judicial”.
Las familias abducidas por la justificación de la paz familiar viven en una autocensura permanente que impide cambios.
La evolución supone una serie de transformaciones continuas. Mientras que la revolución implica un cambio profundo, generalmente violento, bien sea en el seno familiar o en las estructuras políticas y socioeconómicas de una comunidad.
Ante las injusticias no resueltas, se produce un levantamiento, una sublevación popular o una denuncia ante los Tribunales de Justicia.
“Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto, eso, ciertamente, no resulta tan sencillo”, escribió Aristóteles, en el siglo IV a. C., en el libro dedicado a su hijo, “Ética a Nicómaco”.
Aprendamos de los clásicos y busquemos un camino hacia la excelencia, un viaje sin destino final. Nadie es poseedor de la verdad absoluta, cada uno puede tener su parte de razón. A través del diálogo se puede llegar a acuerdos, centrándonos en los intereses comunes, pero sin menospreciar la inteligencia del contrario. Sin implantar regímenes autoritarios. No matemos la gallina de los huevos de oro, ni permitamos que la zorra robe los huevos del gallinero….
En la novela El testamento del Gallo, los parientes mangantes temen el blog de Carlotiña, la marquesa pollera que se atreve a decir lo que piensa sin tapujos y llama a cada uno por su nombre….
LIBERTAD CON MAYÚSCULA
Hay miembros de empresas familiares que se sienten como los secuestrados que padecen el Síndrome de Estocolmo, han sido educados en una cultura empresarial que oprime, desprecia, ignora, arrincona, acosa psicológicamente y censura a sus componentes. No obstante, los perjudicados llegan a considerar la situación de desagravio como algo normal, y no se rebelan por miedo, por temor, por falta de dignidad, por acomodarse a las circunstancias, por no disgustar a los padres o por la paz familiar…. Llegan a vivir toda la vida oprimidos como en la China comunista, la Cuba de los Castro o la dictadura venezolana.
Recordemos que el Síndrome de Estocolmo es un estado psicológico en el que la víctima de secuestro, o persona detenida contra su propia voluntad, desarrolla una relación de complicidad con su secuestrador. En ocasiones, los prisioneros pueden acabar ayudando a los captores a alcanzar sus fines o evadir a la policía. No les importa que hayan sido privados de su libertad. C´est la vie.
Informa Alfredo Muñiz.