Tamara Falcó: “No creí que había tanta hambre. Pensé que la crisis era en África, pero veo que en España también”
Recientemente Ana Boyer nos despejó la gran duda trascendental: “Mi hermana Tamara Falcó no se va a meter a monja”. No obstante la hija de Isabel Preysler y el marqués de Griñón vive en un sin vivir preocupada por la crisis que padecen los menos pudientes en la España del paro. Desde su profunda fe religiosa Tamara compagina la oración y los ejercicios espirituales con las fiestas de la alta sociedad. La chica confiesa que sigue mirando a los chicos con ojos libidinosos, así que no se va a quedar para vestir santos pero asegura “haber encontrado refugio en Cristo”. Además, la diseñadora y organizadora de eventos tiene que estar al día en las nuevas tendencias de moda para seguir siendo estrella en los diversos actos a los que acude previo pago de un suculento caché por fotografiarse en el photo call con el nombre de la marca patrocinadora. En ocasiones recibe regalos por su presencia y en otras una remuneración por ejercer de estrella mediática de la marca.
Ante tanto glamour y tanto pisar calles por el cogollo más chic de la capital del reino, ella se da cuenta que hay gente que no gana para llegar a fin de mes. Así lo expresó en la inauguración de una tienda pija en el barrio de Salamanca.
“No creí que había tanta hambre. Pensé que la crisis sólo era en África, pero ahora me doy cuenta de que en España también”, sentenció el retoño de la Preysler. “Estaba haciéndome fotos un domingo y yo le dije: ‘¿No descansas?’. Y él me contestó: ‘Tengo que comer'”, explicó en referencia al duro trabajo de un fotógrafo en la jornada dominical. Todo un signo de Dios para la nueva sierva del Señor.