Si te sacas una fotografía erótica y se la envías a alguien mediante un móvil o Internet, pierdes inmediatamente el control sobre dónde podrá acabar algún día. Y si se la sacas a alguien, asegúrate de tener su permiso y de las implicaciones que podría tener perderla o que te la robasen. Y, por supuesto, tener permiso para sacar una foto a alguien para uso privado ¡no significa que tengas permiso para difundirla!
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