Antes de ingresar en prisión el extorero José Ortega Cano adquiere una finca en Badajoz de 300 hectáreas y un cortijo por un valor cercano a los 2 millones de euros. El nuevo nido de amor del viudo de Rocío Jurado se explotaba como hotel rural con excelentes referencias hasta el momento de la adquisición, según el portal de reservas Booking 8,4, y con unas tarifas que oscilaban entre los 45 y los 90 euros por noche. El establecimiento hotelero dejó de funcionar en los últimas días, según publica el diario El Mundo.
La propiedad pertenecía hasta la fecha al conocido empresario de Mérida, Vicente Elices, creador de la franquicia de hostelería Dehesa Santa María, ahora en manos del gigante de la restauración Eat Out.
Allí, Elices tenía una yeguada y criaba cochinos ibéricos de donde se extraían los embutidos que se podían degustar en cualquiera de los restaurantes Dehesa Santa María. Al parecer, la propiedad también es perfecta para la cría de vacas bravas, especialidad de Ortega Cano. Las malas lenguas califican la operación de «pelotazo inmobiliario». Por lo visto, el extorero no tiene intención de vivir allí -de momento- y confiará a sus hermanos la explotación del negocio.
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