La obra para la construcción de la autopista de Asturias se prolongó durante cinco años, hace casi medio siglo.
El proyecto costó 4.500 millones de las antiguas pesetas. En el No-DO anunciaron a bombo y platillo la inauguración de la autopista Oviedo-Gijón-Avilés. Corría el año 1976. Por las radios, las discotecas y los chiringuitos de playa se escuchaba la canción “¿Qué pasa contigo tío?”
La obra de la autopista asturiana comenzó a planificarse en los años 60 y fue ejecutándose por tramos a principios de los setenta. En las últimas cinco décadas apenas se han hecho reformas.
Por fin, en los locos años 20 del 2000 construyen una tercera vía en un tramo, pero incomprensiblemente reducen la velocidad a 100 kilómetros por hora para conducir por los tres carriles, con lo cual si te sitúas a la izquierda o vas interrumpiendo la circulación o tienes que pisar el acelerador más de lo permitido.
Aunque lo más sorprendente es el tramo que actualmente está en reparación desde hace meses, parece la obra de El Escorial en tiempos de Maricastañas. Un día se ve a un operario, tres días se paraliza las obras, luego se retoma con dos operarios y se descansa otras dos jornadas. En ese cuento de la buena pipa por fascículos a nadie le importa la seguridad vial ni el trastorno que provoca a los conductores. Seguramente se espere a la campaña electoral para concluir las reformas, que ya deberían estar finalizadas hace meses. Veremos.
¿Tardarán más de cinco años con la obrita?, ¿irán presupuestando partidas para cubrir el expediente?
Mientras tanto sigamos escuchando música de los 70. Apostemos por la alegría y por los ritmos latinos como en las repúblicas bananeras. Tengamos paciencia. Alfredo Muñiz.