Un año más Esperanza Aguirre se escapó a su retiro asturiano en Pravia. A la expresidenta de la Comunidad de Madrid le gusta salir de fiesta con sus amigos y es invitada a diversas fiestas privadas en el Principado. Al menos, dos noches acudió a Operaomnia, un restaurante en Somao (cerca de Cudillero), el sitio se ha convertido en un lugar de moda de la zona.
Durante el verano han organizado fiestas con menús a 25 euros. Así en la «Noche Mágica» sorprendieron con su hummus de habichuelas de la suerte; varitas mágicas de langostinos en tempura de quicos y peta zetas; ensalada venus con flores y vinagreta de Romero; Piscis, unas sardinas confitadas con pirámide de quinoa y escalivada, y marmita druida de bonito. También brilló el sabor cubano en la «Noche Indiana» con mojitos, guacamole con nachos, mariquitas y ritmos latinos.
Inspirado en la corriente slow food, el establecimiento fusiona recetas y técnicas de diversas cocinas internacionales con los fogones tradicionales asturianos. Destaca el pitu de caleya a la naranja o los tortos de maíz con queso de cabra o mousse de foie con cebollita caramelizada, entre otras propuestas llenas de imaginación. El espacio en plena naturaleza se encuentra rodeado de arte y artesanía local, con maravillosas vistas sobre la desembocadura del río Nalón. En estos momentos expones sus cuadros la artista caribeña Pepa Pardo.
Entre los veraneantes ilustres del entorno de Cudillero se encuentran igualmente los periodistas Isabel San Sebastián, José Luis Balbín o Victoria Prego.
La lideresa descansa en la corte del rey Silos
La familia consorte de Esperanza Aguirre regenta el palacio de la Marquesa de Casa Valdés, en la que fuera capital del reino astur en época del rey Silos. Su marido, Fernando Ramírez de Haro, conde de Murillo, desciende del marqués Félix Valdés de los Ríos, quien mandó construir el histórico edificio.
La lideresa aprovecha para jugar al golf en el Real Club de Castiello, donde sus colegas murmuran con sorna que «cada año tiene mejor swing». Además asiste a las corridas de toros en Gijón. En la plaza se lo pasa pipa entre el gentío y sacude con ánimo el pañuelito blanco pidiendo orejas y rabo.
Atrás quedó el intento de Izquierda Unida de aguar las vacaciones de Esperanza Aguirre en Pravia, los representantes de la formación solicitaron al Ayuntamiento que declarase a la política popular «persona non grata». No obstante, la propuesta no prosperó. Aguirre pudo disfrutar de un verano marchoso y hasta tuvo la oportunidad de probar las habichuelas de la suerte o las varitas mágicas de langostinos con quicos y peta zetas. Todo un dilema. Informa Alfredo Muñiz.
Muy buen artículo. Muchas gracias por el envío. Saludos cordiales