Un restaurante en Alemania se las ingenió para servir la comida y dar el cambio con la ayuda de un tren eléctrico como los juguetes de los niños aplicado a la hostelería para sobrevivir al coronavirus. De hecho utilizó el tren de su hijo de tres años. Gracias al invento no necesitó cerrar durante el confinamiento. Primero pensó en una pista de rodaje industrial pero como era demasiado cara, el carnicero encontró la solución en el juguete de su hijo. Informa Alfredo Muñiz.
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