Guillermo González podría ser el nuevo hostelero del Niemeyer si le convenciera una propuesta del patronato fundacional con un plazo de explotación a largo plazo. Guillermo es gerente propietario de exitosos proyectos como el “Ewan” en Salinas, el restaurante terraza “La Playa” en Luanco o la heladería “my”. Otros nombres que suenan como perfectos candidatos son Javier Loya,el hostelero elegido para agasajar a Bill Gates en el Principado; o el rey de la longaniza de Avilés, Juan Rivero de “El Tataguyo”; igualmente podría hacer una excelente labor Isaac Loya de “El Real Balneario” de Salinas o nuestro internacional Nacho Manzano con dos estrellas Michelin en “Casa Marcial” en Parres (Arriondas), entre otros grandes de la cocina asturiana. Aunque de momento ninguno de los mencionados hosteleros llegó a presentarse al concurso público, ni ha manifestado intención de hacerlo.
Por otro lado, destacan chefs con experiencia como Koldo Miranda que inició un proyecto de alta cocina en la Torre y podría haber llegado a lograr una estrella Michelin si le hubieran dejado continuar. Ahora tiene otros objetivos entre manos aunque desconocemos si está interesado en retomar el asunto del Niemeyer. En su día, dieron los mismos puntos a su propuesta técnica que a la del polémico Martínez Ondina. El actual concesionario puso algo más de porcentaje en el canon, así fue como se lo adjudicaron. Por lo visto, la oferta económica está formada por un fijo de 20.000 euros al año más un variable con un mínimo del 2% que podía mejorarse. Aunque parece que no se evaluó correctamente el criterio de solvencia técnica y profesional.
Por su parte, los chefs Pedro y Marcos Morán triunfan en sus restaurantes: “Casa Gerardo” en Prendes, “Platea” en Madrid e “Hispania London” en Londres, dudo que aspiren a regresar al Niemeyer. Y mientras suena el tango de “Volver”, los actuales concesionarios Enrique Martínez Ondina y su hija Laura preparan las maletas. El patronato de la Fundación Niemeyer posiblemente zanje el asunto el próximo martes ante las insensateces de Martínez Ondina y la mala imagen que ha presentado en los últimos meses, llegando a colgar papeles de periódico en los ventanales de la torre para protestar por supuestas irregularidades con letras que indican: “Chapuzas de lujo” o algo parecido.
Según ha destapado en exclusiva PARAHORECA.COM el hostelero mantuvo unas tensas relaciones con la dirección del Niemeyer, ahora aspira a rescindir el contrato y subrogar al personal. Cuando concurrió a la licitación pública presuntamente no estaba al corriente de que tendría que mantener los trabajadores de Koldo o lo que el llama “otras cosas sobre el tema”, y se quedó de piedra ante la situación. Sin embargo, hoy en día apenas queda personal del antiguo equipo porque nadie soporta a Ondina. El hostelero cesante parece ignorar que su caso es cese de actividad. Veremos cómo resuelve la papeleta la autoridad laboral. Según Ondina sobre la subrogación del personal: “lo tengo por escrito de la fundación antes de que me adjudicarán la concesión, lo que no sabía eran otras cosas, que pedí por escrito y no se me facilitaron”. Todo un misterio.
Algo parecido ocurre con sus fantasías sobre la revalorización del fondo de comercio de la Hostelería Niemeyer, el tema debe desternillar de risa a los auditores. O como dirían las jóvenes generaciones: “me parto la caja con el badwill niemeyesco”. Así las cosas, el Patronato de la Fundación Niemeyer podría exigir una indemnización por el perjuicio ocasionado ante su conflictiva actuación. Los asesores legales tendrán la última palabra.
Construyendo un Niemeyer más gastro
Un requisito básico para que cualquier hostelero acepte la concesión sería conceder un plazo mínimo de más de 4 años de explotación para poder amortizar la inversión. Este medio se ha puesto en contacto con algún hostelero que admite que si no es a muy largo plazo la concesión no es atractiva. Además, para facilitar las labores de cocina sería necesario realizar obras en la infraestructura en caso de que se pretenda utilizar la Torre como restaurante.
Por otro lado, habría que plantearse unos objetivos realistas y alcanzables. En primer lugar, decidir si el servicio se va a orientar al cliente o se va a dar un contenido generador de visitas como existía con los Morán. Quizás lo ideal y más complicado sería buscar una fórmula intermedia para llegar a ambas metas. Una vez marcadas las líneas de actuación se debería garantizar la continuidad a largo plazo para que el proyecto tuviera tiempo de rodaje y oportunidad de mejora.
Arrancar, posicionarse y promocionar un negocio de hostelería es una ardua tarea. Sería una pena desaprovechar todo lo construido, como ocurrió con Koldo Miranda o con los Morán. Por último, se necesitaría a un buen profesional capaz de imprimir un sello propio en el proyecto.
El hostelero debería tener mayor libertad para organizar celebraciones gastronómicas en los edificios del Centro Cultural. Aunque no llegara a tener total libertad para hacer lo que le plazca, tampoco debería tener demasiado control para limitar su desarrollo. Que gane el mejor. Lo coja quien lo coja, nos encontramos ante un edificio único en el mundo, diseñado por un arquitecto de la talla de Oscar Niemeyer. En los últimos seis meses ha sido el hazme reír de cualquier amante de la buena mesa.
Advertencia legal de PARAHORECA a Martínez Ondina
Martínez Ondina llegó a la hostelería del Niemeyer con aires de prepotencia e intentó intimidar a PARAHORECA.COM para que realizará una crítica gastronómica positiva de su establecimiento. Al no conseguir su propósito inició una campaña de insultos y amenazas con comentarios groseros a través de Internet. Ahora está publicación estudia acciones legales contra el empresario.
El señor Enrique Martínez Ondina incurre en una comisión continuada de faltas por insultos que lesionan gravemente la integridad de las personas afectadas. Además de existir presuntos hechos que podrían tipificarse en otro tipo de delito de nuevas tecnologías como la suplantación de personalidad, ante las evidencias del uso de su IP personal por un falso cliente satisfecho con nombre presuntamente inventado por Martínez Ondina… Concluyendo, ante los indicios registrados se pueden formular contra este señor denuncias por insultos, coacciones e incluso amenazas y así se hará si continúa su campaña difamatoria. No admitiremos ninguno de sus mensajes con ánimo de dañar, ni de causar un menoscabo en el honor, dignidad o reputación de PARAHORECA.COM ni de cualquier otra persona.
Sin mordazas ni censuras informa Alfredo Muñiz. Relacionado:
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Era una muerte anunciada lo de Ondina… Una cocina pésima, más cercana a la de una cafetería de estación de autobuses que a la de un restaurante que debería ser un referente, tanto por su ubicación privilegiada como por sus predecesores. Y un servicio igual de desastroso. Una suma fatal.