Los Reyes Felipe VI y Letizia Ortiz viajan a Cuba para celebrar el 500 cumpleaños de La Habana. Hoy disfrutarán de un cena en el Consejo de Estado, visitarán la exposición ‘España y Cuba: contigo en la distancia’, en el Gran Teatro Alicia Alonso. Además, la reina tiene previsto acudir a la Escuela Taller Gaspar Melchor de Jovellanos y al Convento de San Francisco. La prensa española detallará con minuciosidad el look de Letizia en cada momento del viaje. Sin embargo, en Cuba no hay fiesta que se precie que no termine con salsa, ¿habrán practicado los monarcas el ritmo caribeño para la ocasión?
Sus Majestades los Reyes realizan un Viaje de Estado a la República de Cuba de cuatro días de duración, que sirve para poner de relieve y reforzar los lazos históricos y las relaciones bilaterales entre ambos países. ¿Qué mejor manera que reforzar esos lazos que bailando a ritmo de salsa? Letizia con un mulato salsero y Felipe con una negra prieta para no ser menos.
Una de las críticas a los monarcas es que no habrá ningún encuentro oficial con la disidencia cubana. En la perla del Caribe, aquellos que no están de acuerdo con el partido comunista se les califica de forma despectiva como «gusanos». Los Reyes pasearan por el Malecón, aunque sea en coche oficial pero no tendrán tiempo de conversar con el pueblo disidente.
El Maleconazo: manifestaciones en Cuba de 1994
En realidad, la oposición no es muy activa en Cuba. Hay quien les critica porque gastan las ayudas internacionales en viajes al exterior. Sea como fuere, el Maleconazo seguramente fueron las manifestaciones antigubernamentales más importantes, ocurridas en Cuba en 1994. Para muchos, fueron las más prominentes desde el inicio de la Revolución cubana. Los incidentes se originaron tras la intercepción por parte de las autoridades cubanas de cuatro embarcaciones que navegaban hacia la costa de Estados Unidos sin autorización.
Cientos de personas se congregaron en el Malecón de La Habana, enfrentándose con palos y piedras a la policía, saqueando comercios y rompiendo escaparates, a la vez que lanzaban consignas contra el entonces presidente Fidel Castro y el sistema socialista, en el poder desde 1959.
Los disturbios se prolongaron durante varias horas y se extendieron hacia los barrios céntricos de la capital, como La Habana Vieja que estaban repletos de turistas. La acción de la policía, que detuvo alrededor de 100 personas, logró restituir el orden durante la tarde. No se registraron víctimas mortales, aunque sí varios heridos, la mayoría con contusiones leves. Por la noche se produjo una contramanifestación en apoyo al gobierno, en la que participaron civiles armados con palos y tubos de metal. Al día siguiente, Fidel Castro se trasladó hasta la zona de los disturbios y pronunció un discurso donde llamó a la gente a «ganar la calle» y «derrotar a los apátridas». A su vez, acusó a los Estados Unidos de intentar «provocar un baño de sangre». Todo terminó tras las palabras del dictador.
Un viaje de Estado
El Viaje de Estado de los Reyes se enmarca dentro los eventos conmemorativos del V Centenario de la fundación de la ciudad de La Habana y sirve para reflejar, al más alto nivel, la excelencia e intensidad de las relaciones bilaterales entre la República de Cuba y el Reino de España.
El lunes, 11 de noviembre al mediodía, Sus Majestades los Reyes partieron hacia Cuba acompañados por el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación en funciones, Josep Borrell y por el secretario de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica y el Caribe, Juan Pablo de la Iglesia. Don Felipe y Doña Letizia fueron despedidos con Honores desde el Pabellón de Estado del Aeropuerto Adolfo Suarez Madrid-Barajas.
A última hora de la tarde, los Reyes llegaron al Aeropuerto Internacional José Martí de La Habana donde fueron recibidos por el embajador de España en Cuba, Juan Fernández Trigo; el embajador de Cuba en España, Gustavo Machín; y por el ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez, entre otras personalidades cubanas.
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