Suena música al piano, la voz del profesor Grande Covián resucita en Colunga coincidiendo con su 115 aniversario. El científico imparte una auténtica clase magistral como en sus mejores tiempos. Breve pero relevante.
No puedo reproducir el audio con música porque ocupa 27 megas, pero escucho sus sabias palabras mientras escribo estas líneas y he logrado insertar el archivo de audio sin música. Les aseguro que la pronunciación de Grande Covián es natural y magnífica como podrán comprobar cliqueando sobre este archivo de audio.
Grande Covián vuelve a hablar en su tierra natal
Se despide con un «Muchas gracias por su atención», y el piano continúa sonando.
Daniel López Acuña responde a Grande Covián tras escuchar su voz resucitada con inteligencia artificial
A continuación el epidemiólogo Daniel López Acuña responde al maestro: «Primero que todo quisiera agradecer a los organizadores de esta actividad la invitación a pronunciar unas palabras en un acto tan especial y emotivo que conmemora el 115 aniversario del nacimiento de Don Francisco Grande Covián y le rinde homenaje en el vigésimo noveno aniversario de su fallecimiento.
Es un placer hacerlo en su Colunga natal y, más aún, recuperando su voz mediante la Inteligencia Artificial, como si el estuviese aquí, al lado nuestro.
Con estos elementos de innovación tecnológica, gracias al esfuerzo de la Fundación Grande Covián, hemos escuchado la Conferencia Mitos en la Alimentación, publicada originalmente en 1985. No cabe la menor duda de que sus ideas y sus palabras cobran más fuerza todavía al ser pronunciadas con su voz y su estilo en esta recreación lograda con Inteligencia Artificial.
Grande Covián fue un médico e investigador asturiano que trabajo en los campos de la nutrición y la bioquímica, con un gran prestigio y proyección internacionales además del fundador y primer presidente de la Sociedad Española de Nutrición.
Fue además un gran humanista y una persona muy culta y con una altísima sensibilidad en la que puede advertirse su paso por la Residencia de Estudiantes y su convivencia con esa flor y nata del arte , la ciencia y la intelectualidad españolas que pasaron sus años de juventud y formación en esa insigne institución que es hoy parte del CESYC.
Solo una persona que entiende la integralidad de la salud de las personas y la relevancia de sus determinantes biológicos, sociales y económicos puede producir un texto como el que hemos escuchado, en el que ya desde hace cuatro décadas analizaba la relación entre la alimentación y la conducta humana.
Grande Covián nos habla, en su alocución, de la importancia que tiene el conocimiento y las pruebas científicas para desterrar los mitos, falsas creencias y atavismos culturales primitivos, algo mas que oportuno cuando vivimos en la actualidad en un periodo cuasi medieval de negacionismo y oscurantismo que nos acercan a lo que Umberto Eco ha llamado “la nueva Edad Media”.
Con gran claridad y erudición sobre la historia del conocimiento científico en materia de nutrición, Grande Covián desmonta en la pieza que hemos escuchado, el mito de la dieta rica en proteínas para favorecer el mejor rendimiento en la actividad física intensa.
Elabora asimismo sobre las falsas premisas que alentaron en sus comienzos a quienes preconizaban el vegetarianismo como fórmula para producir salud y virtud y para acrecentar la espiritualidad en oposición a la barbarie, la maldad y la violencia que origina el consumo de alimentos de origen animal.
Sus consideraciones son meridianamente claras en cuanto a la necesidad de tener un aporte dietético balanceado o suplementado que asegure la ingesta de aminoácidos esenciales o indispensables, muchos de ellos ausentes o insuficientemente presentes en las proteínas de origen vegetal.
De gran relevancia y sensatez encuentro sus afirmaciones de que las diferencia en esperanza de vida entre algunas poblaciones no puede ser exclusivamente atribuibles a la alimentación y que deben tomarse en cuenta muchos otros factores también determinantes de la situación integral de salud de las personas.
Por último, Grande Covián pone en perspectiva la necesidad de contar con una mejor base analítica y mayores pruebas científicas para afirmar que ciertos tipos de alimentación tienen un efecto directo en la conducta de las personas , subrayando la necesidad de tomar en cuenta la naturaleza multifactorial que determina el comportamiento humano.
Ha sido para mí un honor comentar esta original producción de una conferencia escrita por Don Paco, con su voz recreada por la inteligencia artificial, especialmente tras haber recibido hace dos años el Premio Jamón Plata Negra Grande Covián , otorgado por la Fundación que lleva el nombre del insigne medico asturiano , Francisco Grande Covián, nacido en Colunga en 1909 , figura mundial en el campo de la Nutrición y la Salud Publica, pionero en la identificación del efecto del colesterol en la epidemiologia de las enfermedades cardiovasculares y adalid de la dieta mediterránea y de sus efectos benéficos para la salud.
Grande Covián no solo fue un gran investigador sino también un hombre de acción en materia de salud publica cuando la realidad así lo demandaba.
Quiero destacar una anécdota que así lo ilustra. Cuando el gobierno de la Segunda República, en plena Guerra Civil española, le nombro subdirector del Instituto Nacional de Higiene y Alimentación y le encargo evaluar las necesidades nutricionales de la población, encontró una gran prevalencia de pelagra, una enfermedad causada por la deficiencia de ácido nicotínico o vitamina B3, generada por una alimentación deficiente.
La pelagra había sido descrita por primera vez por Gaspar Casal, medico nacido en Gerona en 1680, considerado el primer epidemiólogo español, quien en su Historia Natural y Medica del Principado de Asturias, describió la enfermedad, en ese entonces llamada “mal de la rosa” . “mal de miseria” o “lepra asturiensis” y la relaciono con cuestiones nutricionales, ligadas al consumo exclusivo del pan de maíz, mucho antes de que esto fuese un hecho científico reconocido en los albores del siglo XX en los trabajos de Joseph Goldberger, en los Estados Unidos de América.
Pero volviendo a Don Francisco Grande Covián, hay que apuntar que no se detuvo en el hallazgo de la alta prevalencia de la pelagra en la España de la guerra civil, sino que tomo el toro por los cuernos, requiso la nicotina que había en los establecimientos agrícolas y de jardinería que se usaba para eliminar el pulgón de las plantas, fabrico con ella acido nicotínico y administro la vitamina a más de 30,000 personas afectadas curándoles con ello y evitando numerosos fallecimientos.
Menciono esto para ilustrar que en salud pública es fundamental actuar con contundencia a partir de la evidencia científica anteponiendo el interés común a los intereses individuales. O como decían ya los romanos, la Salud Publica es Ley Suprema.
Para terminar, quiero reiterar mi sincero agradecimiento a los miembros del Patronato de la Fundación Grande Covián y a la Alcaldía de Colunga por invitarme a compartir estas reflexiones con todos ustedes».
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Palabras de presentación al profesor Grande Covian.
