Nos cierran las fronteras, nos confinan en nuestras casas y nos damos cuenta de que lo más importante son las pequeñas cosas de la vida. Ese paseo por las calles de nuestro pueblo, esa quedada en el bar de la esquina, una tarde de cine o una escapada a la montaña. Vivo en Salinas (Asturias), frente a una playa hermosa que en estos momentos no puedo disfrutar por un maldito bicho que pone en peligro la salud pública. No obstante, estoy aprovechando el tiempo de reclusión a tope. Además, tengo contacto virtual con amigos de los 5 continentes. Y, por si fuera poco, hoy mis vecinos han organizado una sesión musical para alegrarnos la tarde. A las 8 teníamos sesión de terraza para escuchar el “Viva España”, el “Himno Nacional” y el “Sobreviviré”, luego hubo aplausos. Un instante de alegría que se agradece a Cris y a Emo; la verdad es que sonaba fabuloso como en una discoteca al aire libre; Flor me había avisado del acontecimiento como si fuera una fiesta. Por supuesto, estábamos en la otra acera de la calle, a metros de distancia. A ver mañana con qué me sorprenden, tengo una vecina que toca el piano; una madre que podría ser finalista de Operación Triunfo; el hijo de mi primo es un forofo de la batería; una amiga italiana me envía sus interpretaciones al violín; también recibo clases de salsa y bachata por una aplicación de móvil; entrenamientos de gimnasio para que no me aburra; mis colegas cocineros me atiborran con sus recetas para sobrevivir; igualmente me enviaron libros digitales; películas y todo tipo de vídeos. ¡Ah, y se me olvidaba las clases de masaje de Koke!
Por las redes me invitan a tantas actividades que voy a terminar estresado en pleno confinamiento. Entretanto, cancelé un viaje a Madrid, justo dos días antes de la Alerta Nacional. He tenido que modificar mi agenda de trabajo, pero tengo la suerte de tener una conexión a Internet fabulosa y estoy convencido que saldremos reforzados de esta situación. Habrá baches profundos, disgustos, cierres de empresas y fallecimientos, pero pese a todas las desgracias que se avecinan, el mundo será mejor. Confío en ello y miro al futuro con optimismo.
Vivimos momentos de reflexión y de crisis, padecemos una situación grave que pone en peligro negocios y vidas. Necesitamos cambios. Aprovechemos la oportunidad que el futuro nos brinda para construir una sociedad mejor; para aprender de los errores y para crear un Planeta más sensato. La vida se puede evadir en un instante, en un abrir y cerrar de ojos. Y ese maldito virus nacido en China nos lo recuerda en forma de pandemia. Le pusieron nombre Real, nada menos que Corona como si fuera el Emperador de los agentes infecciosos. Pese a todo, venceremos al Covid-19, estoy seguro.
Como sentencia mi amigo Nigel:” El Coronavirus siempre es mejor que un clavo oxidado en tu ojo derecho”. Desde VIAJAR, VIVIR y SABOREAR: ¡Felicidades a todos los Pepes, Pepas y Papis!
Un abrazo virtual de Alfredo Muñiz.
Vídeo: los concursantes de OT 2017 interpretan “Resistiré” (del Dúo Dinámico)
