El humor negro tiene sus límites, y si eres político debes predicar con el ejemplo. La familia y amigos de una persona fallecida merece un respeto, sea cual sea la ideología política del finado. Con la muerte de la senadora Rita Barberá algunos mandatarios dejaron entrever su falta de Humanidad. Primero fue la ausencia de Podemos en el minuto de silencio que el Congreso realizó por la muerte de la ex alcaldesa de Valencia, elegida democráticamente durante 24 años. Tras la polémica actuación, un dirigente de la formación de Podemos, en Alicante, escribió un ofensivo tuit. Se trata de Víctor Fernández Fuentes, ni corto ni perezoso en pleno día de luto, el dirigente morado espetó con guasa: “No quiero hacer leña del árbol caído, mejor quemarla, puede arder 7 días y calentar una familia sin recursos”. Tras la metedura de pata, y ante las críticas, decidió retirar el tuit y pedir disculpas públicamente. Pues vale.
Comprendemos que un político tuviera que rendir cuentas de sus actos y sus gastos en vida. Pero una vez muerto, se deberían medir las palabras para no herir a los que sufren su pérdida. Subrayar que desde este medio destapamos en su día presuntos derroches de dinero público por parte de Rita Barberá, al menos desde el punto de vista ético podría ser criticable pero también es cierto que la alcaldesa dedicó su vida a construir una Valencia mejor. Todos cometemos errores, ahora con su pérdida se están recordando sus grandes logros. Como dice el refrán: “entre todos la matamos y ella sola se murió…”. Descanse en paz.
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