Reconozco que estoy en un sin vivir ante el cutre reportaje de David Muñoz en el ¡Hola! con su boda en camiseta, vaqueros y zapatillas. ¿Qué dirá del estilismo Nati Abascal? Aunque lo peor es el fondo con un ropero y unos visillos del supuesto cuarto de los trastos. El glamour de Cristina Pedroche se encuentra por los suelos en unas fotos que mejor hubieran quedado en el armario. Y mira que la chica tiene morbazo cuando se pone transparencias …., en las imágenes pierde todo su encanto. En fin, lo importante es que el amor ha triunfado. Los novios llamaron al notario para formalizar la relación y en su nido de amor firmaron el “contrato”- en una mesa que parece de Ikea, y con la bufanda del Rayo Vallecano como adorno-. Como testigos los familiares más directos. Después el novio se fue a currar y la novia a comer a casa de los papis una ensalada de pollo y un bizcocho de chocolate que le regaló su prima Marta con todo el cariño del mundo. Hasta aquí nada que objetar si hubiera quedado el asunto en la estricta intimidad familiar. Pero en el momento que supuestamente se venden las imágenes
al Boletín Oficial del Cuore, entonces sí se puede criticar. Lo curioso es que la decadente revista chic dedique tantas páginas al cutre enlace, junto con el archiconocido romance de Isabel Preysler y la presentación en sociedad de la nueva hija del torero Fran Rivera. Pues vale, seguro que el reportaje de los señores Muñoz- Pedroche forma parte de un pack vendido a ¡Hola! que incluye otras exclusivas. ¿Nos sorprenderán en el futuro con las mejores galas en un banquete de tres estrellas Michelin?
Mi teoría es que Cristina quiso hacer caja con las instantáneas que tomaron sus familiares y le importa un bledo el cutrerío. ¿O será una imagen buscada para provocar? En cualquier caso objetivo conseguido, ya sacaron dinerillo para la luna de miel y para reírse del tema brindando con champán francés. Nos quedamos con las ganas de ver a la family comiendo en la cocina de DiverXo, hubiera quedado mucho más glamouroso, o firmando el contrato junto al cerdito alado que tienen como insignia.
De momento, en zapatillas y vaqueros se les ve muy a gustito, felices pero sin comer perdices. La pedida de mano fue más romántica, el cocinero de rodillas con un anillo de oro negro y luego preparando croquetas para su amada. ¡Queremos la receta de esas croquetas afrodisíacas que vuelven loca a la Pedroche! David se las prepara en las fechas más señaladas. Por cierto al Crestas le gusta escribir su nombre con B que para eso es el transgresor number one de los fogones. ¡Viva los novios! y muchas felicidades desde PARAHORECA.COM.