Botillos afrodisíacos para seducir en el Camino de Santiago
Cuentan los expertos que los botillos son una delicia gastronómica afrodisíaca. Tal vez por el poder reconstituyente del embutido. El periodista Luis del Olmo los ha hecho famosos por la radio y ahora no hay peregrino gourmet que no pruebe el botillo casero en su paso por el Bierzo.
El botillo es un producto típicamente berciano, que se ha extendido a otras regiones, manteniendo el nombre o recibiendo otras denominaciones: Botelo, Butelo, Butiello. Sus orígenes se remontan a Celtas y romanos.
Ampliamente consumido en los Monasterios y por los Templarios. La composición actual es posterior al descubrimiento de América, de donde procede el pimentón, que es una de las especies principales de su adobo.
Los botillos caseros se hacen con costilla, rabo, cueros y carne magra del cerdo, se adoba con pimentón dulce y picante, sal, ajo y orégano, se deja unos dos días y se embute en las tripas del cerdo. Se cuelga y se secan durante unos 20 días con leña de roble, y ya está listo para comerlo.
Quién lo pillara, siempre se lo he oído nombrar a Luis del Olmo