Ana Botella también jugó al «olimpismo» en el Château de Frontenac
La alcaldesa de Madrid promocionó los Juegos Olímpicos en un hotel de cuatro diamantes
Madrid 2020 fu un sueño que costó muy caro a la regidora de la capital del reino. Ana Botella apostó fuerte y viajó hasta el mismísimo Québec en la carrera por la ciudad olímpica. Para la ocasión eligió un verdadero hotelazo de película. Se trata del Château de Frontenac que ha servido como localización cinematográfica de Yo confieso, dirigida por Alfred Hitchcock, e interpretada por Montgomery Clift y Anne Baxter. En plena crisis turística el Château Frontenac cuesta unos 300 euros la noche en una habitación modesta. La alcaldesa madrileña Ana Botella es de suponer que haya reservado una suite; en un cuartito más económico probablemente coloquen al líder de la oposición, Jaime Lissavetsky. En el grupo olímpico figura también el presidente del COI, Alejandro Blanco, y así hasta un total de ocho personas.
El presidente del Consejo Superior de Deportes (CSD), Miguel Cardenal, y el hijo del expresidente del COI y miembro de dicho organismo, Juan Antonio Samaranch Salisachs, se unieron al grupo, pero el equipo de prensa de Botella niega que los gastos de viaje y estancia de ambos se sumen a los de la delegación madrileña.
En la lucha por ser la ciudad elegida Madrid compitió con Bakú, Tokio, Doha y Estambul. Sorprende que el Ayuntamiento madrileño tenga una deuda superior a 6.000 millones de euros y siga invirtiendo en este faraónico proyecto en tiempos de recortes. ¿Tuvo que pagar otros 500.000 dólares al Comité Olímpico Internacional Madrid por ir a la final?, ¿cuánto dinero gastó Madrid en la derrota?, ¿tendrán que intervenir las cuentas del proyecto…?
El hotel Castillo de Fontenac
Inspirado en el Renacimiento francés, el Château Frontenac grand hotel es una de las atracciones más populares en la Ciudad de Quebec (Canadá). Diseñado por el arquitecto Bruce Price, el Château Frontenac fue uno de una serie de hoteles estilo “château” construidos por la compañía Canadian Pacific Railway a finales del siglo XIX y comienzos delsiglo XX. Abrió en 1893, cinco años después de su hotel hermano, el “Banff Springs” en el corazón de las montañas Rocosas. La compañía de ferrocarriles pensaba entusiasmar a viajeros pudientes y promover el turismo de lujo en sus trenes. Por el Château de Banff cuentan que desfiló desde Marylin Monroe hasta el rey Juan Carlos de Borbón.
Para unos, los Juegos Olímpicos eran una esperanza que reactivar la economía. Otros, consideraban la inversión olímpica un despilfarro que sólo iba a hacer más ricos a los «Florentinos» de turno y muestraban los Juegos de Atenas como el inicio del fin de la economía griega. Sea como fuere, la candidatura madrileña presentó un proyecto con gran parte de las infraestructuras ya terminadas. El presupuesto de inversión era de 38 millones de dólares. Unas cifras muy baratas comparadas con Tokio que cuenta con un presupuesto, 83 millones de dólares. La ciudad japonesa fue la ganadora pese al hándicap de los efectos del tsunami. Informa Alfredo Muñiz
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