¿Cómo terminarías tú la historia?
#siempre es mejor confinado que un clavo oxidado en mi ojo derecho
Sin duda la mejor respuesta fue la del escritor Eduardo Angarica que desarrolló nuestro reto de esta forma tan estupenda: #SiempreEsMejorConfinadoQueUnClavoOxidadoEnMiOjoDerecho.
«Jack entendió el desenlace. Su tentativa de muerte era manida, demasiado común. Reunir los métodos clásicos del suicidio, es cuando menos, poco original, le dijo La Vida, quien le ofreció otra oportunidad, no para seguir viviendo en el vació que le afligía, sino para que encontrase una idea mejor. Incluso para morirse hay que sentir amor, Jack, concluyó ella. Él guardó silencio, la enfrentó con la vista y le apretó el cuello. Se mantuvo aferrado a ella mientras la veía perder el color, palidecía; por cada segundo el rostro de La Vida comenzaba a parecer al de la muerte. Cuando dio el ultimo suspiro, Jack cerró los ojos y se fue con la corriente».
Otros finales: Un colegio de niños cubanos responden al reto literario sobre el coronavirus
En estos días de confinamiento cuando te sientas desesperado por el aislamiento y los problemas, recuerda este mantra: «Siempre es mejor estar confinado que un clavo oxidado en mi ojo derecho«.
#siempreesmejorconfinadoqueunclavooxidadoenmiojoderecho
El encierro nos sirve para hacer balance de nuestras vidas. Nos ayuda a reencontrarnos con viejos amigos por las redes sociales o por el teléfono, y a rescatar viejos tesoros del baúl de los recuerdos. El aislamiento nos ayuda a rememorar nuestros mejores momentos, si actuamos con una actitud positiva ante el caos en el que vivimos. Ya queda un día menos de confinamiento, pronto nos dejarán salir a pasear.
Hoy, os invito a un viaje por Irlanda con sus leyendas de humor negro. Recordad también un proverbio irlandés que da en el clavo en medio de la crisis: “Una cabaña saciada es mejor que un castillo hambriento”.
Irlanda, un país de leyendas y de pubs
Cuando el pobre Jacques perdió la alegría de vivir decidió suicidarse, para lo cual ató una cuerda a una farola y se colocó la soga al cuello. Antes de saltar del puente, bebió un trago de veneno y prendió fuego a su ropa. Además disparó una bala para volarse los sesos. Con la mala suerte que erró en el tiro, y rompió la cuerda. El suicida cayó al río provocando que sus ropas se apagaran. Además, el agua sucia le hizo vomitar el veneno.
Vamos a escribir distintos desenlaces, ¿cuál os gusta más?:
Unos terminan la historia con final feliz, por ejemplo: Una bella pescadora lo rescata y se marcha con Jacques a recorrer verdes valles, bosques encantados, acantilados inmortales, y a escuchar música folk en los pubs.
Otros terminarían en drama: Un recio pescador lo lleva al hospital, donde Jacques muere por hipotermia.
Nuestros lectores escriben su propio final:
Amparo moraleja final: «Siempre es mejor confinado que un clavo oxidado en mi ojo derecho porque más me vale enmohecerme temporalmente que quedarme tuerto de por vida».
Aurora: «Jacques se va al fondo del río, encuentra un bunker, entra, y está dotado de todos los avances, tiene reserva de comida y bebida, ropas, lecturas, todo tipo de entretenimientos. Y como lo que él quería era desaparecer de este mundo, optó, por quedarse a vivir allí, aislado en el fondo del río, hasta el fin de sus días.
José: «Jacques se pensó que estaba muerto y al abrir los ojos se oía un coro de ángeles tiruferarios cantando «Antes muerta que sencilla». Y pensó, después de esto … ¡¡¡sólo quiero morirme ¡¡¡»
Pipi: «Esta historia me inspira una moraleja: todos los días podemos empezar de cero. Hay salida para todo. La vida es bella. Todos los días son diferentes y la vida nos da sorpresas. Tú revista invita a Viajar con la mente. Vamos a vivir un eterno verano fuera de tu vida. Si nuestra mente es eternamente sol, nunca habrá noche, oscuridad, ni negatividad».
¿Cómo terminarías tú la historia?
Informa Alfredo Muñiz
#siempreesmejorconfinadoqueunclavooxidadoenmiojoderecho