La gazza ladra (La urraca ladrona) es un melodrama operístico compuesto por el músico italiano Gioachino Rossini. La obra es mejor conocida por su obertura, que destaca por el uso de redoblantes. Se dice que el productor tuvo que encerrar a Rossini en una habitación el día anterior a la primera representación para que compusiera la famosa obertura.
La Justicia declara a Ninetta inocente y descubre que fue la urraca ladrona la causante del robo de la cuchara de plata
Ninetta espera casarse con Giannetto cuando éste regrese de la guerra. Ella intenta acoger a su padre, Fernando Villabella, quien abandonó el ejército y tiene problemas como desertor y miedo que lo descubra el alcalde, Gottardo. Entretanto, el alcalde sigue cortejando a Ninetta, mientras Fernando, el padre, furioso, casi revela su verdadera identidad. Los tres se van , y una urraca roba una de las cucharas de plata de Lucía. Ninetta había vendido la plata que su padre le había encargado. Giannetto y Lucía, al regresar, se dan cuenta de que falta una de las cucharas de plata. Ninetta es acusada de ladrona y encarcelada. Es juzgada y considerada culpable, pero se salva en el último minuto cuando se descubre que la verdadera ladrona es la urraca.
Desde la torre, Pippo y Antonio gritan que han encontrado la plata de Lucia en el nido de la urraca y hacen sonar la campana. La multitud escucha sus voces y espera que salven a Ninetta, los repiques hacen pensar que llegan demasiado tarde. Sin embargo, Ninetta aparece bajando la colina. Los repiques eran de alegría. Ninetta lo celebra con sus compañeros, pero está preocupada por su padre. Entonces aparece el progenitor con Ernesto y todos, excepto el alcalde, celebran un final feliz. Una insignificante cuchara de plata podría haber causado su muerte.
¡Feliz cumpleaños y esperemos poder brindar pronto vacunados!
Nuestro cumpleañero también lucha por la justicia y le encanta está ópera. Lo conocí en Marsella hace más de 20 años, y ahora ya entra en esa década dorada en la que se recomienda la vacuna de AstraZeneca…, le deseamos todo lo mejor en esa experiencia sanitaria que seguro será un éxito. Como dirían nuestros antepasados: «¡Que Dios le guarde a usted muchos años!».
Los más jóvenes, de la década anterior, tendremos que esperar a ver qué vacuna nos toca…, todo un misterio. Tranquilo que no voy a desvelar tu identidad ni tu edad porque ya sé que no deseas que tus amigas de la nobleza descubran el detallito. No obstante, acuérdate que tenemos pendiente una cena en Madrid con una de esas marquesas amigas tuyas, frente al Picasso, y a ver si les puedo hacer una entrevista sobre viajes y «bibelots» familiares. También tenemos pendiente, tras la pandemia unas vacaciones para ir a ver a nuestros amigos de Marsella y disfrutar como en los viejos tiempos de Les Calanques.
En fin, solo les voy a cotillear que nuestro protagonista es vigoréxico. La verdad es que se conserva estupendamente con unos pectorales que ya quisieran muchos de 25 primaveras. Pese a la distancia, tenemos una comunicación fluida, casi diaria, para resolver asuntos turbios contra el eje del mal. Y a un presidente de la abogacía contra las urracas, solo podemos felicitarlo con el Feliz Cumpleaños de Marlyn Monroe.
Tu amigo. Alfredo Muñiz.
