321.250 euros para los menús y copas aéreas de los miembros VIP del Gobierno y el jefe del Estado
Aunque la mayoría de los ciudadanos hacen malabares para llegar a fin de mes, la clase política dirigente y el rey Juan Carlos se pueden permitir el kilo de jamón ibérico a 250 euros para los bocadillos de sus viajes en avión. El zumo de naranja no se sabe si viene de la China o de Valencia pero el precio se fija en ocho euros el litro. Y si a los distinguidos comensales les apetece una pieza de fruta resulta que en las cuentas figurarán cuatro euros por un plátano. En el caso del lomo ibérico el tope permitido será de 120 euros el kilo. Así sumando aperitivos y postres se llega a 321.250 euros para el suministro de comidas del grupo que transporta al rey, al presidente del Gobierno y a los ministros.
El servicio durará en torno a un año, hasta el 30 de junio de 2014. Las empresas podrán pujar por el contrato hasta abril de este año, licitación en la que se valorarán los precios ofrecidos, el servicio y la capacidad para suministrar los alimentos a tiempo.
El contrato exige la preparación de hasta 75 comidas en cuatro horas para determinados vuelos y 18 en dos horas para otros.
El catering prevé desde platos de ibéricos a cochinillo y varios tipos de tartas. En el presupuesto no figura el coste de las bebidas, que en 2012 era de 3,5 euros para las miniaturas de Chivas de 12 años y 1,5 euros para los Beefeater.
Los precios que se baraján son el cochinillo a la segoviana 20 euros la ración; el medallón de cordero lechal también a 20 euros; la lubina a la bilbaina a 19 euros o la mousse de pato con lomo ibérico a 15 euros.
El melón con jamón ibérico a 22 euros por ración, la ensalada de pasta con roast beef a 14 euros la unidad o una bandejita de sándwiches para la merienda por 25 euros.
Y de postre flanes de huevo a 4 euros y fruta de la estación cortada en rodajas por cuatro euros el platito. Entretanto las líneas comerciales recortan en los menús y cobran al pasajero en clase turista hasta por un botellín de agua.
La empresa que gane el concurso tendrá que estar disponible las 24 horas del día para tramitar los pedidos. Cualquier deficiencia, como menos cantidad de comida de la pedida, mala calidad o cambios de menús no autorizados, tendrá que ser repuesta y la empresa será sancionada con el impago del servicio “deficientemente prestado” y, cuando corresponda, con una penalización del 25% del coste.


