Muchos niños y niñas sueñan con llegar a ser futbolistas profesionales. Con la Copa Mundial de la FIFA Rusia 2018 el número de vocaciones futboleras aumentará. Para llegar a ser un Messi o un Ronaldo hace falta espíritu de sacrificio, esfuerzo, motivación, tener aptitudes y saber potenciar dichas cualidades con el entrenamiento y una correcta alimentación.
La dieta es fundamental para los deportistas profesionales; disciplina, restricciones, pautas saludables y unas comidas que incluyan proteínas, en especial carnes, pescados y, abundantes carbohidratos: azúcares, almidones y fibras. Los carbohidratos se encuentran en alimentos integrales: arroz integral, arroz con granos, pasta integral, pan integral o pan con semillas; en vegetales como la remolacha, repollo, brócoli, coliflor; en granos: frijoles, lentejas, garbanzos, arbejos o chícharos y en tubérculos: batata dulce, ñame.
En la alta competición se elaboran dietas personalizadas para cada jugador en función de su constitución física y su desempeño. No es lo mismo alimentar a un defensa que a un delantero. Se tiene en cuenta el peso, la altura, la composición corporal de grasas, músculo y agua; preferencias alimentarias; creencias religiosas y las distintas opciones culturales; además de su posición en el campo.
Hay quien defiende que se debería ingerir entre 5-12 gramos de carbohidratos por kilogramo de peso corporal y entre 1,4-1,6 gramos de proteínas por kilo de peso corporal. Por supuesto, este régimen se debe realizar en distintas tomas, se recomienda de cinco a seis ingestas diarias.
El desayuno debe de ser completo y podría recomendarse un buen desayuno a cualquier persona que haga deporte. “En el desayuno debemos aportar casi un 25% de las calorías que necesitamos”, según el chef Alberto Reina
Los cereales o el pan tiene que estar presente, además de fruta, zumos, leche y café o té. Durante el entrenamiento es imprescindible una buena hidratación, nunca debe faltar el agua y las bebidas isotónicas que ayudarán a evitar calambres y reponer sales minerales.
Tras el entrenamiento se ofrecen batidos y fruta, hasta la ingesta principal que deberá incluir una buena ración de carbohidratos, proteínas y postre consistente en fruta o yogur. Lo más socorrido es la pasta. Pero también es conveniente alternar con arroz, legumbres y patatas, combinado con carne magra, huevos o pescado blanco o azul, de forma alternativa. Además de la porción de verdura. Como dice la foto que acompaña al texto: “No hace falta dopaje, simplemente un buen potaje”.
Descanso y merienda a base de frutas, leche, yogur, frutos secos y bocadillos pero con mesura. Hasta llegar a la cena. Informa Alfredo Muñiz.