El olor a pinos y el sabor a mar se va sustituyendo con el paso de los años por el humo de las fábricas y la pérdida de arena en la playa de Salinas. El deterioro medioambiental que sufre Avilés y comarca ya no es noticia. Lo alucinante es que el director de un periódico local
utilice su editorial dominical para tirar de las orejas a los ecologistas que destapan los alarmantes picos de contaminación. Nos hemos acostumbrado a una situación que viene fraguándose desde hace décadas. En el futuro el resultado será calificado como el impacto medioambiental del socialismo asturiano. Parece irónico que se organicen congresos sobre desarrollo sostenible y se fomente Asturias como Paraíso Natural para luego ejecutar por decreto ley un “atentado” contra una de las zonas turísticas más prósperas de la región.
Como diría el filósofo, “Sólo sé que no entiendo nada”. Por todo ello, ahora que comienza la temporada de verano, tan sólo pediría a los gobernantes y a José María Urbano que visiten la playa de Salinas y recuerden cómo se encontraba en su niñez cuando jugaban con arena.
La belleza de otros tiempos ha desaparecido ante el desarrollo del Puerto sin preocuparse por los efectos en la playa de Salinas. Las obras del puerto no necesitan estudio de impacto medioambiental pese a las denuncias de geólogos, oceanógrafos y ecologistas. Las fugas de

gases contaminantes y vertidos a la ría son frecuentes (pero se hace la vista gorda). Los incendios provocados en el pinar quedan archivados en el olvido. Ante ello, el citado Urbano escribe en La Voz de Avilés: “La sociedad civil no sólo es denuncia. Debería ser, también, acompañamiento para conseguir una ciudad más pujante, más rica y más sostenible para hacer que el bienestar llegue a todos, a los que viven aquí y a los que pudieran hacerlo en el futuro atraídos por su atractivo y sus oportunidades”. En el polémico editorial parece advertir que como no nos bajemos los pantalones frente a la contaminación estamos expuestos a que se acabe con la gallina de los huevos de oro.
La globalización tiene el riesgo de la deslocalización. No obstante, no se puede permitir un desarrollo a cualquier precio. Es necesario defender los derechos laborales y el cumplimiento de las leyes medioambientales vigentes. El concepto de sostenibilidad que maneja el director del diario avilesino dista del concepto económico de los expertos en la materia. El concepto de desarrollo sostenible fue definido en el informe «Brundtland» como «las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades». En su día, el economista Robert Solow matizó la idea, insistiendo en que hay que dejar a la próxima generación lo que sea necesario para lograr un nivel de vida tan bueno como el nuestro y para que puedan cuidar de la siguiente prole.
Para justificar el incontrolado desarrollo sostenible sale a relucir en el polémico editorial la miseria creciente en la ciudad. Suena como si se quisiera meter miedo si protestas: “las 3.000 familias que atiende Cáritas, los Servicios Sociales del Ayuntamiento de Avilés atendieron en 2015 a 11.699 personas (299 más que el año anterior); 557 personas, sin ingresos,
recibieron el salario social; y 775 familias recibieron ayudas de emergencia”. El asunto parece un diálogo de besugos donde se comienza escribiendo de industria y se termina exponiendo la decrépita situación actual pese al desarrollo industrial.
Para terminar, no olvidemos el mensaje de los indios de las reservas: “Todas las cosas están relacionadas. Todo lo que hiere a la Tierra herirá también a los hijos de la Tierra. Y una cosa es segura: la Tierra no pertenece al hombre, es el hombre el que pertenece a la Tierra”. Así las cosas, ¡viva el desarrollo sostenible pensando en conservar la naturaleza! Alfredo Muñiz.
Nota: En La Voz de Avilés no se ha dado voz a la opinión de los expertos de la Universidad de Oviedo del departamento de Geología sobre los efectos del Puerto en la playa de Salinas. Al menos, no se han reproducido las declaraciones que enviamos desde la plataforma “Salvemos la playa de Salinas” con vídeos del profesor German Flor o del oceanógrafo nad. Pese a los numerosos artículos y notas enviados nunca se reprodujo nada del asunto. Por contra, sí hubo una amplia exposición de las teorías “anticientíficas” de antiguos responsables del Puerto de Avilés. A la postre, hemos dejado de enviarles artículos referentes al tema ante la falta de interés. Algunas de las propuestas de los geólogos son tan simples como verter la arena limpia que se extrae de los dragados de mantenimiento para regenerar Salinas. Una solución sin coste alguno, en la actualidad se vierte frente a la costa de Xago… Sin embargo, otros medios de repercusión nacional sí se han preocupado por nuestra causa, por ejemplo El Confidencial que también destapó el escándalo de los Papeles de Panamá: Salinas, paraíso asturiano en peligro de extinción por la extracción masiva de arena.
Relacionado: El postureo político frente a la playa de Salinas

