Mascarilla al salir de mi casa para ir a caminar, al trabajo, al supermercado o a la farmacia. Por supuesto, mascarilla para ir al médico o a hacer alguna diligencia importante, incluso la uso para recibir entregas a domicilio. ¡Renuévala con frecuencia…! Además, me quedo a dos metros de distancia de ti, y me quedo en casa en aislamiento social, lo máximo que puedo. Quiero que sepas que te respeto. No, no «vivo con miedo» del vírus, solo quiero ser parte de la solución y no del problema. REPITO: “sin miedo” pero con responsabilidad. En nuestras manos está no contagiar a nuestros padres, a nuestros abuelos, a nuestros compañeros de trabajo o a nuestros amigos.
No me siento como si el «gobierno me controlara», me siento como un adulto que contribuye a la sociedad. Voy a relajarme, y olvidarme de los politiqueos partidistas, y centrarme en frenar la pandemia …
Usar una mascarilla, quedarse en casa el mayor tiempo que pueda, mantener la distancia de seguridad no me convierte en una persona asustada o «controlada»; me convierte en una persona responsable, atenta y respetuosa, sin más.
No fumar en terrazas ni en calles transitadas. Ventilar con frecuencia oficinas, comercios y casas. Evitar aglomeraciones. No usar transporte público, a no ser que sea absolutamente necesario.
Lavarse las manos con frecuencia, y usar gel hidroalcóholico. Se puede vencer al virus, sin miedos, se puede reactivar la economía, sin miedos. Será una tarea dura que exige esfuerzos, pero entre todos podemos.
«Nuestros miedos son traidores, que nos impiden hacer el bien, por el simple temor a intentarlo». Shakespeare. Informa A. M.
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