La infanta Cristina de Borbón y Grecia ha sido destronada de su ducado de Palma. Pero el contribuyente se pregunta: ¿continuará con su nivel de vida de lujo? Indudablemente la respuesta es afirmativa, los Urdangarin-Borbón viven en una de las ciudades más caras del mundo, sus hijos acuden a unos colegios para millonarios, frecuentan las estaciones de esquí más elitistas y no se privan de los mejores manjares. En el sumario del caso se han destapado presuntas facturas de restaurantes y hoteles de alto standing pagadas con dinero supuestamente irregular. La vida seguirá igual para los privilegiados Borbones, según critican los más republicanos. La famosa frase del rey don Juan Carlos “todos somos iguales ante la ley”, no se la cree ni un borracho de fiesta.
¿Probarán los Urdangarin-Borbón el menú carcelario?
“La gente me señala, me apuntan con el dedo, susurra a mis espaldas y a mi me importa un bledo”, cantaba Alaska. Ahora la canción ha dejado de sonar en la casa de los Urdangarin tras la bofetada recibida por su hermano y cuñado el rey Felipe VI. Es de suponer que la presencia de la infanta Cristina en el funeral del rey e Kardam de Bulgaria no hizo ninguna gracia a los reyes Felipe y Letizia. Cuentan las malas lenguas que fue la asturiana la que dejó bien claro que la situación no podía seguir así. Sea cierto o no, la todavía duquesa de Palma vivió su último minuto de gloria en el antiguo monasterio de San Jerónimo el Real de Madrid.
Son muchos los que piensan que “el exduque empalmado” no se libra de las rejas ni con recomendación gubernamental. Por tanto, probablemente tendrá que cambiar su dieta light por la ración del rancho carcelario. Un futuro más benevolente le espera a la infanta, aunque llegue a sentarse en el banquillo seguramente todo quedará en agua de borrajas. De momento, la Borbón cobra un sueldo millonario por su labor en el área social de la Fundación La Caixa. Por lo visto, se encarga de coordinar sus programas con agencias de la ONU. Tras la tormenta podrá seguir viajando a cuerpo de princesa, sin llamar mucho la atención por Madrid, Barcelona y Palma de Mallorca. Al parecer según cuchichean las más viperinas también cobra presuntamente otro sueldo de los árabes por su dedicación a otra de esas labores filantrópicas que tan bien controla.
Los más desalmados proclaman que el amor no es eximente de delito. El matrimonio Urdangarin-Borbón padece una “indigestión millonaria”… Entre las facturas pagadas de forma irregular se observa la predilección de los duques de Palma por la comida japonesa, la cocina marinera y los restaurantes de vanguardia; además de las visitas a hoteles de alto standing. Ahora la hija no aforada del rey padre Juan Carlos y hermana del reinante Felipe VI podría enfrentarse a una pena de unos añitos de cárcel si se prueba que es culpable de los delitos que se le imputan.
¿Hay indicios suficientes para culpar a la infanta Cristina por la “ingente cantidad de compras” pagadas de forma irregular a través de Aizoon?, ¿se ha lucrado la infanta en su propio beneficio, mediante la colaboración silenciosa de su 50% del capital social, de los fondos ilícitamente ingresados en la entidad mercantil Aizoon”?, ¿devolverá el matrimonio todo lo presuntamente trincado o saldrá rentable el “trapicheo real”? El juez tiene la última palabra.
Urdangarin, hostelero antes de duque
Urdangarin siempre tuvo una gran vinculación con el sector hostelero. En sus inicios “empresariales” -antes de casarse con la infanta- fue socio del restaurante “El Pou”, rebautizado con el nombre de Osinberri aunque se mantuvo el nombre de la sociedad mercantil Avibo S.A. Algunos proveedores se han puesto en contacto con el GASTRODIARIO parahoreca.com para denunciar supuestos impagos. Aunque al parecer el asunto ya fue denunciado; a la postre el demandante perdió el juicio y tuvo que pagar las costas.
Un restaurante para ir con la novia
Iñaki Urdangarín, de soltero, era copropietario del Restaurante “El Pou”, junto con otros amigos. El local se fundó en una de las zonas más caras de Barcelona, en el pasaje Lluís Pellicer. La casa de comidas tenía el morbo de poder encontrarte a la pareja Real de moda en la ciudad Condal, con lo cual durante el noviazgo había cola para conseguir una reserva. Los pasteles artesanales de la hermana de Urdangarín se convirtieron en otro de los reclamos del lugar. Sin embargo, los rumores siempre
señalaron que el negocio era un desastre y que se acumularon las deudas. En “El Pou” se reunía la beautiful people del momento, y los compañeros más pijos de Iñaki en su etapa de estudiante de Esade, entonces lo llamaban Chiqui Urdangarín. Con algunos de éstos compañeros figuró como consejero en distintas sociedades creadas en el año 2003 cuando Pascual Maragall logró la presidencia de la Generalitat.
Los barceloneses estaban hartos de verlo cortejar por la zona noble o por el popular barrio de Gràcia junto a su infanta de España. Arreglaron su palacio, vivieron a cuerpo de Reyes y la prensa nunca destapó el origen de tanto lujo hasta que llegó el supuesto exilió a Estados Unidos. Ahora, ante los turbios asuntos destapados la historia podría terminar en drama. En los 90 comenzó el cuento…, érase una vez un joven, rubio, alto y de ojos azules; todo un príncipe del balonmano, ideal para formar una Royal Family feliz a la catalana. Urdangarín figuraba como accionista junto a otros deportistas como Fernando Barbeito o Manuel Doreste, según cuenta la jet catalana conocedora del tinglado. En las tertulias de salón sigue siendo trending topic, los rumores señalan que aunque el negocio hostelero no generaba beneficios, permitía a un círculo de amigos deportistas “disfrutar de un lugar donde comer bien y tomar unas copas a gusto con sus novias, ya que estaba gestionado por ellos mismos”. Dos años más tarde, el restaurante y la empresa fueron comprados por Francisco Javier Echevarría. Al parecer el nuevo dueño tuvo problemas con la Administración, supuestamente por problemas heredados, pero ese es otro capítulo que tendrían que aclarar los implicados.
Urdangarín abandonó el mundo de la hostelería al conocerse su relación con la Infanta Cristina. Además borró las huellas del restaurante de su curriculum vitae oficial donde destaca su carrera deportiva, su faceta como internacional de la Selección española de balonmano y su condición de miembro del Comité Olímpico español. Nunca menciona su experiencia hostelera en los dosieres formativos que entrega en sus conferencias para altos ejecutivos.
El menú de la boda de los duques de Palma
El Palacio de Pedralbes fue el lugar elegido para servir el banquete nupcial. El menú consistió en un aperitivo a base de jamón serrano, muslitos de codorniz y delicias de txistorra y butifarra. De primer plato se sirvió una menestra de verduras al salmón, y de segundo, lubina al vapor. Para los postres se chuparon los dedos con un preludio de chocolate a la crema inglesa, y el pastel nupcial a base de fresas. Hubo vino blanco de Rueda, tinto de Rioja y cava del Penedés. Mil quinientos invitados, con un servicio de 350 personas y cuatro cocinas trabajando a tope. El pasado siempre vuelve. Y hay menús que siempre se recordarán.
Informa Alfredo Muñiz